"Nadie se lanzó a salvarle"
Un conductor, grave tras quedar 20 minutos atrapado bajo el agua en el río Manzanares
La impotencia de ver al amigo ahogándose y no poder ayudarle aún atormenta a Carlos Jiménez, de 23 años, y a Gorka Palomera, de 24. Los dos cayeron al río Manzanares, a las 3.30 del lunes, en el coche que conducía su amigo Pablo Barriguete, de 25. El accidente ocurrió en el puente del Rey, situado entre la glorieta de San Vicente y la entrada de la Casa de Campo.Carlos y Gorka salieron del vehículo gracias a que los cristales estallaron con el impacto. Carlos, tras bracear unos siete u ocho metros, alcanzó la orilla lleno de magulladuras. Gorka, que apenas sabe nadar, se quedó de pie sobre el techo del coche hundido en el agua. El conductor no salió. Quedó atrapado en el Lada Samara. Durante más de 15 minutos Carlos y Gorka gritaron a los conductores que habían parado sus vehículos y se asomaban, curiosos, al cauce: "Nuestro amigo está dentro, esta dentro", decían señalando al coche hundido. Nadie se lanzó a salvarle. "Había un montón de gente y policías, pero hasta que no llegaron los bomberos no le rescataron", relató ayer ya en su casa de Aluche Carlos Jiménez. Pasó 20 minutos bajo el agua.
Pedro Barriguete aún respiraba cuando le rescataron, aunque su corazón había dejado de latir. Una ambulancia del Samur reanimó su pulso antes de trasladarle al hospital Clínico. Su estado anoche era muy grave. Está sedado y tiene ventilación mecánica. Los médicos aún ignoran si ha sufrido graves lesiones cerebrales. El doctor Tarquis, del hospital Clínico, asegura que el cuerpo humano bajo agua fría ha llegado a aguantar hasta 45 minutos. "Esto es posible porque a bajas temperaturas los requerimientos de oxígeno de los órganos vitales, cerebro y corazón, son mucho menores".
Cinturón puesto
Carlos Jiménez, camarero del pub Bebe+, en Moncloa, relató ayer a El PAÍS que Pablo y Gorka son dos clientes habituales del local, donde trabaja desde hace un mes. A las tres de la madrugada del lunes, Pablo, estudiante de enfermería, se ofreció a llevarle a su casa de Aluche. Pablo conducía, Gorka ocupaba el asiento del copiloto y Carlos se sentó atrás. Todos llevaban el cinturón puesto. Tomaron la calle de Princesa y luego la glorieta de San Vicente para atravesar el río Manzanares.
Al pasar el puente subterráneo Pablo estaba comentando que debería cambiar una rueda trasera. Un minuto después perdió el control del coche. "Giró el volante, apretó el freno de mano y salimos disparados hacia el río tras romper la barandilla", relató Carlos. Ayer tarde no recordaba muy bien cómo escapó del coche. "No sé por dónde, pero sí te puedo decir que se rompió la ventanilla delantera y que salí". "Llegué nadando hasta la orilla y me agarré a unas piedras", continúa. "Miré hacia el coche y vi a Gorka. Estaba de pie encima del coche, hundido en el agua" (en una zona de dos metros de profundidad). "Yo estaba dolorido. Miraba hacia la otra orilla y veía que se congregaba gente. Gritaba que había una persona dentro, atrapada. Nadie respondía".
Carlos dice que llegó a ver a varios policías municipales. Desesperado les dijo: "Hay un chaval dentro, hagan algo". Gorka también pedía auxilio. "Nadie se lanzó a salvarnos, incluso un policía me dijo que me callase y me tranquilizase", se lamenta.
Carlos calcula que Pablo pasó más de 20 minutos bajo el agua hasta que los bomberos se lanzaron con bombonas de oxígeno al río. "No pensé que estaba con vida, pero consiguieron reanimarle. Los tres acabamos en el hospital. Gorka [que también fue dado de alta] y yo con golpes. Nos hicieron pruebas durante dos horas, pero ahora lo que más me preocupa es que Pablo se recupere cuanto antes y no le pase nada".
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