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Reportaje:

Piratas de agua dulce

Los balseros recuperan con sus 'locos' descensos el disfrute de los ríos Tajo y el Henares

En ciudades de las dimensiones de Alcalá de Henares (163.000 habitantes) y Aranjuez (38.000 ), los vecinos viven de espaldas a sus ríos, en parte porque sus aguas ya no son cristalinas y el baño puede aparejar algún sarpullido. Pero sendas poblaciones mantienen una cita anual e ineludible con el Henares y el Tajo, respectivamente. La excusa son las fiestas y la herramienta, balsas manufacturadas que compiten sobre los cauces en dos de los descensos más pintorescos de la piel de toro. El de Alcalá de Henares se celebró ayer y convocó a 18 grupos de balseros."El Henares viene crecido este año, el descenso va a ser rápido", comentó Francisco Luis en la ribera. Su condición de piragüista asiduo de estas aguas avalaba su aseveración. Las balsas, en su mayoría bidones unidos de las más curiosas maneras, parten de la playita situada tras la ermita de la Virgen del Val y en menos de media hora están en la presa de Cayo, tras dejar atrás los reflejos de los cortados, tan similares al Gran Cañón que han albergado numerosos rodajes de películas del Oeste. Bueno, todas no, dos embarcaciones naufragaron por el camino. "Es una balsa de las que venden en los hiper ¿qué valor tiene eso?", se quejó alguien entre el público cuando asomó entre los juncos la barca hinchable que se hizo con el triunfo de la regata. Una familia al completo, perro incluido, componía la tripulación.

Los vikingos, que en este caso no eran intrépidos escandinavos, sino miembros de una peña alcalaína, llegaron también con el grupo de cabeza. La quilla de su artesanal barco de contrachapado y una caja de botellines que se balanceaba sobre cubierta, dificultaron su maniobra de atraque. Salieron del agua chorreando y como no querían ser los únicos se dedicaron a lanzar al río a sus compañeros.

En Aranjuez la cita con el Tajo es el próximo día 7 a las 11.00 horas y forma parte del programa de la fiestas del Motín. El plazo de inscripción ha terminado ya, pero los piratas que no quieran perderse el jolgorio acuático pueden sumarse a los espontáneos que cada año, bajan el río fuera de concurso. Los 20 concursantes oficiales partirán del puente del Castillo camino del puente de Barcas, situado dentro del casco histórico, informa Mercedes Santos.

El Descenso Pirata del Tajo se hará este año, como el anterior, a pesar de que la bacteria de la salmonella veranee en sus aguas. Solamente en 1995, el Ayuntamiento decidió evitar remojones ante el estado lamentable del rio -se aliaron la salmonella, la sequía y el trasvase Tajo-Segura-. Para ello, transformó la fiesta en protesta y las barcas en vehículos de ruedas que hicieron el mismo recorrido, pero por la N-IV

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