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El helicóptero que abandonó a dos pescadores regresó a por combustible pese a que tenía autonomía para 400 millas

La Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo y Aviación Civil han abierto sendas investigaciones para tratar de esclarecer las circunstancias en que se desarrollaron el sábado las tareas de rescate de la tripulación del palangrero gallego Rey Álvarez II, a 40 millas de A Coruña, durante las cuales perecieron ahogados dos marineros tras un fallo en el mecanismo de la grúa que los izaba al helicóptero y al quedarse éste sin combustible. El socialista Carlos Príncipe planteará en el Senado una pregunta en la que exigirá "una contestación clara y convincente del Gobierno".Las tareas de rescate de los náufragos, a 40 millas al noroeste de A Coruña, con marejada y fuerte viento, comenzaron pasadas las dos de la madrugada y los seis supervivientes aducen la circunstancia de la oscuridad nocturna para relativizar sus propias impresiones sobre lo que ocurrió.

Los dos pescadores fallecidos, Francisco Manuel Lires, de 25 años, y Salvador Toba, de 29, estaban siendo izados al helicóptero y cuando se hallaban a diez o quince metros de altura, "rompió el cable o el enganche del arnés y cayeron al mar", afirma Felipe Vilela Conde, uno de los dos marineros que aún permanecían en la balsa salvavidas.

En esos momentos ya habían sido izados, en sendas tandas, el patrón y armador del barco, Joaquín Rey Álvarez, y su hijo Joaquín Rey Escribano y, en la segunda, Ismael Rey Escribano y Manuel Pasantes Pais. "Estábamos en la parte de popa del helióptero", relata el patrón. "Cuando los subían, de repente oímos un estallido y empezó a oler a quemado. Ellos [los tripulantes del helicóptero] cerraron la puerta y apagaron Ias luces. Yo fui hasta la cabina y pregunté qué había pasado. El comandante me dijo que estuviera tranquilo. 'Se trabó el cable y hemos tenido que bajarlos, pero quedan perfectamente, no pasa nada', me dijo. Nosotros, en realidad, no pudimos ver nada".

Desde la balsa, que para no perderse en el mar permanecía amarrada al palangrero, "ya entre dos aguas, casi hundido", pudieron percatarse de la caída de los dos marineros, a una distancia de 60 a 100 metros de la posición en que se encontraban. Remaron hacia ellos para rescatarlos, pero ya no los volvieron a avistar. "Creo que el cable se les trabó en alguna parte y tuvieron que cortarlo", apunta Joaquín Álvarez Rey.

Respuesta inmediata

El aspecto más confuso en que se centra la investigación es la presunta necesidad del helicóptero de repostar combustible. El aparato, según fuentes oficiales, dispone de una autonomía de vuelo de cuatro horas y 400 millas, límites no cubiertos en la operación de socorro al Rey Álvarez II. "Nos parece que hay que aclarar a los familiares de las víctimas por qué se produce ese fallo", señalaba ayer el senador Carlos Príncipe. "Tenemos que exigir una respuesta inmediata y con absoluta transparencia", añadió

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El PSdeG también ha decidido solicitar la "convocatoria urgente" de la Diputación Permanente del Parlamento de Galicia para que el conselleiro de Pesca, Juan Caamaño, explique "el fracaso del salvamento". El presidente del Grupo Socialista, Ventoso Mariño, no entiende cómo se puede "volver a dejar en la mar a personas ya rescatadas", y exige conocer cuál fue la causa de que el Helimer Galicia "se quedase sin combustible a 40 millas de A Coruña". Además, pide explicaciones de por qué no se coordinó el salvamento con el helicóptero Pesca II, que había participado en las primeras maniobras y al que no se le ordenó regresar pese a fallar el Helimer.

Jesús Pérez Varela, consejero de Cultura y Comunicación de la Xunta, respondió ayer mismo: "Es una desgracia que todos lamentamos profundamente, pero no es un tema de competencia de la Xunta, sino del Gobierno central, que es de quien depende la Sociedad Estatal de Salvamento".

Salvador Toba y Francisco Lires fueron enterrados ayer en Muxía (A Coruña), su lugar de nacimiento y una de las poblaciones más características de la Costa da Morte. Ambos eran voluntarios de la agrupación de Protección Civil, que les dedicó una emotiva jornada de luto. Lires llevaba trabajando en el mar tres años y su esposa está a punto de dar a luz.

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