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El Congreso marginará a los diputados tránsfugas y les impedirá que se pasen al Grupo Mixto

Anabel Díez

Los partidos mayoritarios se han puesto de acuerdo para declararle la guerra a los diputados tránsfugas y no tolerar que ninguno más abandone las siglas bajo las que resultaron elegidos para pasarse a otra formación o refugiarse en el Grupo Mixto. El nuevo Reglamento del Congreso creará la figura de los No Inscritos, adonde irán a parar los tránsfugas. Éstos percibirán exclusivamente su sueldo, y no gozarán de los beneficios económicos y parlamentarios del Grupo Mixto. En el nuevo texto se prohibirá también el préstamo de diputados para que una formación pueda formar grupo propio.

El lento proceso de elaboración de un nuevo Reglamento para el Congreso de los Diputados tomará impulso en septiembre, una vez que los partidos mayoritarios han llegado ya a acuerdos destacados.Tanto el PP como el PSOE hacen en esta ocasión gala de corporativismo y se defienden en beneficio propio y general. El presidente del Congreso, Federico Trillo, dirige las reuniones de trabajo celebradas hasta ahora, en las que, aunque participan todos los grupos, populares y socialistas negocian sin publicidad. Gabriel Cisneros, por el grupo mayoritario, y Jesús Caldera y Alvaro Cuesta, por el principal partido de la oposición, son los interlocutores de este pacto.

La posibilidad de deserción de parlamentarios provoca el pánico en todas las fuerzas políticas, máxime cuando no hay mayorías rotundas. Toda vez que constitucionalmente el escaño es del titular que lo obtiene, no hay forma de que un tránsfuga devuelva el acta al partido con el que se presentó a unas elecciones. Se trata entonces de hacerles la vida lo menos grata posible.

La creación de la figura de los No Inscritos es la solución que los grupos parlamentarios han encontrado más factible sin vulnerar la Carta Magna. También se prohibirá los saltos de un grupo a otro, por lo que si a un diputado le sobreviene un cambio ideológico, no podrá trasladarse al grupo de sus sueños: o al No Inscrito o a su casa. Esto último sería una situación excepcional, porque nadie suele renunciar al escaño. Sólo Enrique Curiel abandonó el Congreso cuando era diputado de Izquierda Unida y se enfrentó a la dirección de su grupo. La lista corrió y su puesto fue ocupado por el siguiente.

Con el Reglamento actual, después de un año de legislatura un parlamentario puede cambiarse de grupo, y en cualquier momento sentarse en las filas del Mixto. Pero cuando se apruebe la nueva norma los disidentes dejarán de tener acomodo en otro grupo y no podrán compartir silla con las formaciones genuinas del Grupo Mixto. Serán relegados al cajón de los No Inscritos y tan sólo tendrán derecho a presentar enmiendas y, por supuesto, a cobrar su sueldo.

Este último aspecto no es baladí, dado que cada grupo parlamentario tiene una asignación mensual de algo más de un millón de pesetas para gastos de funcionamiento, y que normalmente se utiliza para pagar al personal contratado. Los miembros del Mixto perciben una cuantía notable dado que se reparten entre ellos ese dinero, al que suman las algo más de quinientas mil pesetas de remuneración mensual. Cuanto más pequeño sea el grupo, más a repartir. Los No Inscritos no disfrutarán de este suplemento.

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Otra restricción que se aprobará es la creación de grupo con el préstamo de diputados. Ahora se requieren al menos cinco diputados para constituir grupo propio. En la actual legislatura el PP prestó un diputado a Coalición Canaria para que junto a los cuatro electos de esta formación, los nacionalistas isleños tuvieran voz propia. Tras el préstamo, el popuar volvió con sus compañeros. En ese momento el PP negociaba con os canarios su apoyo a la investidura de José María Aznar como presidente del Gobierno.

Control en autonomías y ayuntamientos

Los partidos políticos ponen sus barbas a remojar en el Parlamento después de comprobar los cataclismos que han sufrido unos y otros, en los gobiernos de comunidades autónomas y en corporaciones municipales en virtud de los movimientos de tránsfugas. Los grandes partidos tienen previsto auspiciar también cambios en las legislaciones locales y autonómicas para dar estabilidad a sus ejecutivos.Todavía permanece indeleble el recuerdo de los turbulentos tiempos de la transición a la democracia, cuando los cambios de alineación de los parlamentarios de Unión de Centro Democrático dejaban en la estacada a su gobierno. Tampoco olvida nadie la escisión del Partido Demócrata Popular y del Partido Liberal, que dejó a los populares con una veintena de diputados menos. El estupor de los genuinos miembros del Grupo Mixto ante la avalancha de demócrata-cristianos y liberales forzó un invento: se crearon las agrupaciones del PDP y del Partido Liberal.

Los conservadores perdieron el Gobierno de Aragón al tener deserciones en sus filas en favor del socialista José Marco. Asimismo, el caso del diputado regional José Luis Piñeiro ganó fama al impedir que el Partido Popular de la Asamblea de Madrid, grupo al que pertenecía y abandonó, presentara una moción de censura contra los socialistas.

En Galicia hubo una epidemia de transfuguismo que dejó sin sus sillones municipales a varios alcaldes, socialistas, unas veces, y populares en otras ocasiones. La risa de hoy de unos se tornaba en llanto en el pueblo de al lado.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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