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Entrevista:

"Soy la quintaesencia del 'gentleman"

Tímido, nervioso y de mirada penetrante, Ralph Fiennes relaja por primera vez su intensa compostura. El guión de su nuevo proyecto, la versión cinematográfica de Los vengadores -la más famosa de las series británicas de televisión- así lo exige. En su papel de John Steed, el popular agente secreto de los años sesenta, que rueda este verano en Londres, el actor se transforma en una figura imperturbable, ligeramente amanerada y de una delicadeza exquisita. "Soy la quintaesencia del gentleman inglés", afirma.Ralph Fiennes descubre un nuevo registro en su campo de interpretación. Prescinde de su habitual intensidad y explora el carácter aparentemente calmado y las expresiones típicas de los caballeros ingleses.

Vemos a Steed como una figura perenne, como un samurai por así decirlo. Un gentleman que no mueve un rasgo de su rostro, aunque se le caiga el mundo entero encima", dice el actor del personaje de Los vengadores.

Fiennes conversa durante un descanso del rodaje en los estudios Shepperton, a las afueras de Londres. Llega a la cita con un grupo reducido de periodistas internacionales vestido con prendas del vestuario de la jornada y, antes de tomar asiento, se presenta personalmente: "Soy Ralph Fiennes", dice al tiempo que estrecha manos con un apretón decidido y robusto.

La presentación es algo más que un detalle de cortesía. El actor menciona expresamente su nombre para evitar confusiones sobre su exacta pronunciación. Traducido al habla castellana, suena parecido a Reif Fein en un giro fonético que en Inglaterra se interpreta como un alarde de superioridad.

El actor ha dejado su bombín, corbata y chaqueta en el plató y se presenta, dice, "a medio vestir". Lleva pantalones de espiga, tirantes granates, camisa desabrochada y zapatos de cordones. Con el pelo despeinado hacia atrás y mejillas sonrosadas, Fiennes clava la mirada con feroz intensidad . Medita las respuestas y confiesa que se divierte en esta nueva aventura. "Es la primera vez que hago algo tan ligero, una comedia romántica. Es más difícil de lo que pensaba. Alcanzar esa suavidad de toque y esa delicadeza es verdaderamente duro, especialmente en el estudio, donde no hay una audiencia que responde a las acciones, gestos y movimientos", explica.

Al margen del nombre, la grandeza de este británico, de 34 años, queda demostrada en sus exquisitas, pero dosificadas, interpretaciones cinematográficas: Cumbres borrascosas, de Peter Kosminsky; El niño de Macon, de Peter Greenaway; La Lista de Schindler, de Steven Spielberg; El dilema, de Robert Redford; Días extraños, de Kathryn Bigelow; y, más recientemente, El paciente inglés, de Anthony Minghella, y Oscar y Lucinda, de Gillian Armstrong.

"Tiene un aire natural de aristocracia y nobleza", ha declarado acerca de él Jonathan Kent, director del pequeño teatro Almeida, donde el actor representó Hamlet en 1995 e Ivanov este mismo año. Esta pequeña sala, alejada del circuito dramático tradicional, se llenó en ambas ocasiones de un público escasamente elitista que aguantó las inclemencias de la noche londinense para asegurarse una butaca desde donde seguir la actuación de Fiennes.

El aire aristocrático cuadra perfectamente con la imagen de caballero que ofrecerá en Los vengadores. Al prepararse para el papel, Fiennes ha revisado los capítulos de la vieja serie y, principalmente, ha pasado largas horas en el taller de Anderson & Sheppard, los más clásicos de los sastres establecidos en Saville Row. "Pasé muchísimo tiempo en sesiones de pruebas como preparación previa al rodaje", confirma. "Me hicieron dos trajes para El paciente inglés. Pero, en esta ocasión, debía mantenerme concentrado de verdad durante las pruebas, con objeto de capturar la esencia y demás aspectos relacionados con el entorno de este mundo tan especial. Quería averiguar lo que se siente cuando te hacen un traje exclusivo a tu cuerpo", explica.

El vestuario es un elemento fundamental en el estilo visual de la película. El responsable, Anthony Powell, ha optado por mantener tres símbolos masculinos de la serie original: el traje de tres piezas en la clásica tela de línea blanca sobre fondo azul, el bombín y el paraguas. "Mi ropa no hace referencia a la década de los sesenta exclusivamente, sino que evoca los años treinta, cuarenta y cualquier otra década de nuestro siglo. Ayuda a reforzar ese carácter de gentleman que queremos ofrecer", señala Fiennes.

Descubrir el sombrero de bombín adecuado al rostro afilado del actor resultó una tarea ardua. Powell reconoce que Fiennes estaba horrible con los primeros modelos que se probó y el actor recuerda, por su parte, las presiones que escuchó, debido al deseo de llevar un sombrero desfasado en los ojos de los diseñadores de vanguardia y de los propios sastres de Saville Row.

"Patrick MacNee, el actor más popular de la serie, dijo que deberíamos prescindir del bombín. Cuando hablé con él, yo ya había aceptado tanto el bombín como el paraguas, que, por cierto, me parecen unos elementos geniales. Él me dijo entonces que lo utilizara si creía que me sentaba bien".

La solución se descubrió en un recóndito taller de Londres, donde se confeccionan sombreros de lujo para la familia real británica. Con uno de estos modelos (abombado, duro y pesado) Fiennes dio por fin la talla de distinguido caballero y apuesto espía secreto.

El agente Steed es además el primer papel alegre que Fiennes interpreta en la gran pantalla. "Estamos acostumbrados a verle serio, intenso y cargado de traumas emocionales. En Los vengadores tendremos una imagen insólita de Ralph: sonríe y se divierte, y con gran dignidad", defiende Jerry Weintraub, productor americano de esta versión cinematográfica de la popular serie.

Tres estrellas para el salto a la gran pantalla

John Steed y su compañera de aventuras en Los vengadores, Emma Peel, necesitan pocas presentaciones. Desde su aparición en la televisión británica a principios de los años sesenta, ambos forman la pareja de espías al servicio de la corona británica más famosa del mundo. La serie, símbolo de la entonces emergente cultura pop, sigue retransmitiéndose en muchos países."El guión parece como un episodio prolongado de la serie. Y todo el proyecto se mantiene fiel a su sabor original", afirma Ralph Fiennes.

El productor americano Jerry Weintraub, responsable, entre otros, de Nashville y El especialista, está empeñado desde hace más de diez años en resucitar este icono del pasado. El momento elegido no podía ser más oportuno: Londres es, una vez más, vanguardia del diseño, moda y arte a nivel internacional. La metrópolis bulle como lo hiciera cuando ambos vengadores luchaban semanalmente contra miles de amenazas en escenarios desolados.

La versión cinematográfica cuenta con tres superestrellas: Fiennes, Uma Thurman y Sean Connery.

La bella actriz dispone de una peluca pelirroja y de una serie de modelitos eróticos y provocadores acordes con una imagen actualizada de la espía Peel.

El 'malo'

Connery, por su parte, olvida que fue el agente 007 en su juventud y hace su debú como malo en la pantalla. En su papel de sir August de Winter, Connery controla los fenómenos meteorológicos y conseguirá desde su cuartel general, bajo el césped de Hyde Park, congelar parte del planeta.

El equipo artístico de Los vengadores, cuyo guión viene firmado por Don McPherson, se completa con el director Jeremiah Chenick (autor de Benny in Joon, Tall Tale y Diabolique) y con Stuart Greig y Anthony Powell como reponsables de los decorados y vestuario, respectivamente.

Entre los secundarios sorprende Shaun Ryder, líder del grupo británico The Funk-Rock Black Grape, que debuta por primera vez en el cine. El cantante interpreta a Donovan, quien pondrá en práctica los malvados planes de sir August a bordo de su mini, el símbolo automovilístico de la década de los sesenta.

La aparición en la gran pantalla de Patrick MacNee, el actor que interpretó durante años a John Steed, aporta cierta credibilidad a la nueva versión de Los vengadores. El respeto tanto al estilo como al concepto original de la serie pretende garantizar el éxito de la película, cuyo estreno está previsto para el verano próximo.

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