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Brasil y Argentina, enfrentados por un puesto en el Consejo de Seguridad

Juan Jesús Aznárez

La negativa del presidente argentino, Carlos Menem, a respaldar la candidatura de Brasil como miembro latinoamericano del Consejo de Seguridad de la ONU y la distinción estadounidense a Argentina como "país aliado fuera de la OTAN" han enturbiado las relaciones diplomáticas en el Cono Sur y certifican la desconfianza, rivalidades y distancia política existentes entre naciones que proclaman su voluntad integradora. En la última refriega, Argentina irrita a Brasil, cuya hegemonía teme, Chile recela de la cercanía entre EE UU y Argentina, con quien mantiene conflictos fronterizos, y Brasil esgrime su condición de coloso regional para optar al determinante sanedrín de Nueva York.

"Hay que salvar el Mercosur (Mercado Común del Sur)", pide la oposición argentina, en tanto el ex presidente brasileño José Sarney acusa a Menem de haberse transformado en un instrumento de división, y el jefe del Gobierno chileno, Eduardo Frei, reclama la "plena igualdad" (le todos los Estados regionales para superar una situación que frena la creación de un clima de confianza. Unas declaraciones de Menem al diario 0 Estado de Sáo Paulo, contrarias a la eventual inclusión de Brasil en el Consejo de Seguridad "porque quebraría el equilibrio que hoy tenemos en la región", desencadenaron el choque diplomático entre los dos Gobiernos de países que integran el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay).A la primera reacción del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, "soprendido y disgustado", siguieron otras a ambos lados del Río de la Plata. Argentina .definió su posición: favorece la rotación de los nuevos miembros del Consejo de Seguridad, lo que haría de ellos miembros no permanentes y consolidaría el statu quo vigente. Buenos Aires insiste en. que todo acabará arreglándose de forma amigable. Sarney, abanderado en el Senado delas críticas brasileñas contra Menem, acusó a éste de dejarse utilizar por EE UU y de poner en peligro la viabilidad del Mercosur.

"De hermano a hermano", declaró en el último plenario de la Cámara, "le estoy diciendo al presidente Menem que los brasileños vemos con absoluta tristeza y decepción cómo, sin querer o no, se transformó en el instrumento de división de lo que nosotros construimos".

Arremetiendo contra el anuncio del Departamento de Estado de conceder a Argentina la categoría de aliado especial, el senador Sarney sostuvo que argumentar con la participación de Argentina en las fuerzas de paz como hace Washington es una falta de respeto, una hipocresía diplomática que lleva a las reservas y a las sospechas donde antes había un clima de confianza. "Israel y Corea del Sur son países amenazados", agregó en su intervención. "Pero ¿quién amenaza de invasión a Argentina? ¿Será Paraguay?, ¿o Brasil?, ¿o tal vez Bolivia o Chile? En un momento en que estamos todos dirigidos a la consolidación de la paz, se siembra en nuestro continente el germen de la fuerza". .

El conservador Antonio Carlos Magalhaes, presidente del Senado y principal aliado de Cardoso, insta a pasar factura. Brasil, destacó, está en su derecho de recordar a Argentina que compra mil millones de petróleo cada año, y recibe el 25% de sus exportaciones. "Eso es más concreto que considerar las declaraciones de Menem inaceptables. Ese lenguaje [el de los números] es el que Argentina usa y entiende", declaró.

Chile, por su parte, dice no entender la entrada de Argentina en la relación de socios de privilegio de Estados Unidos, y sospecha que de esos estrechos vínculos puedan derivarse consecuencias armamentísticas.

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