Autoestima
Supongo que debe ser muy duro que llegue agosto y que los vestidos de torear apenas hayan salido del armario. Luego, cuando una carambola empresarial te permite hacer el paseíllo, te viene la imposición del arte ahora Fija y del examen que te abre y cierra puertas. Puede ser que el mismo torero sólo crea en su sombra de higuera negra, en la polilla de sus vestidos y en la carcoma del corazón. De otra forma no se explica que se tenga tan baja opinión de uno mismo y que se desaproveche algo tan insólito hoy como un toro bravo. Falta de costumbre.Pepe Luis Martín encontró las dos caras de la moneda. Su primer toro fue de una bravura excepcional. Con la capa estuvo correcto, con cierto regusto cam pero, cuando se hace lo necesario para que la faena sea efectiva. Pepe Luis puso pinturería donde tenía que haber rebosado la hondura. Tardó en verle, en bajarle la mano, en utilizar la izquierda, en ejercer el mando en plaza. Tardó tanto que perdió el tren del triunfo. La otra cara de la moneda fue la mansedumbre del cuarto. Entró cinco veces al caballo, le tiró cornadas al cuello y se abalanzó sobre él cuando divisó en franquicia la popa del jaco. Menos mal que fue breve.
Lorca / Martín, Chiquilín, Trujillo
Seis toros de José Luis Martín Lorca, bien presentados. Inusitadamente bravos 1º y 2º con dificultades el 3º, manso el 4º, manejables 5º y 6º.Pepe Luis Martín: estocada honda caída (vuelta con protestas); pinchazo, estocada honda caída (silencio). Rafael González Chiquilín: dos pinchazos, un pinchazo hondo caído aviso (palmas); pinchazo, estocada, (división de opiniones). Juan José Trujillo: pinchazo, pinchazo hondo tendido, dos descabellos, aviso (vuelta al ruedo); estocada (oreja). Plaza de la Malagueta, 17 de agosto cuarta de feria, un cuarto de entrada.
A Chiquilín le correspondió otra joya de la. corona y, como era de rara perfección, la engarzó en lata. Casi imposible estar más lejos. Tanto desatino acabó por aburrir al astado. Si el quinto fue más que potable, Chiquilín le respondió con las mismas cualidades del agua: incoloro, inodoro e insípido.
Sólo Juan José Trujillo parecía confiar en sus posibilidades. Después de una larga cambiada, se evidenciaron dificultades ciertas. Una lástima. Completó un gran tercio de banderillas en el sexto, porfió con la muleta y se volcó al entrar a matar. La conclusión se expresa en una gran corrida de toros y en un matador que, de creer en sí mismo, puede llegar a donde quiere ir.
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