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El presidente de Argelia y el Iíder del FIS buscan una salida negociada a la guerra

El número uno del Frente Islámico de Salvación (FIS), Abasi Madani, liberado hace dos semanas de la prisión de Blida, donde purgó cinco de los 12 años a los que fue condenado por un tribunal militar, se dispone a jugar un papel político de árbitro para la pacificación del país, indican fuentes árabes del Golfo. A pesar de la prohibición, hecha por las autoridades argelinas a este dirigente de expresarse en público sobre la crisis que vive el país desde 1991, cuando el Ejército anuló las elecciones en las que el FIS se daba por vencedor y se inició una guerra sin cuartel que se ha cobrado entre 60.000 y 100.000 vidas, sectores liderados por el presidente, Liamín Zerual, preparan el terreno de la pacificación.

El boletín del FIS en Alemania, El Ribat, critica en su último número el régimen de semilibertad impuesto a Madani a su salida de prisión, lo que no le permite jugar a fondo su papel de pacificador. Esta decisión no se corresponde con las negociaciones previas a su excarcelación lleva das a cabo, según fuentes árabes, por el general Bechin, ex jefe de la seguridad militar y consejero del presidente Zerual. A Bechin, que ha hecho de intermediario entre ambos, se le considera uno de los artífices del actual escenario de pacificación en Argelia. Tanto Zerual como Madani ex perimentan dificultades en sus respectivos entornos para hacer aceptar la solución negociada a la crisis. Liamín Zerual despidió hace unas semanas a Benabes Guezaiel de la cúpula de la gen darmería, cuerpo militarizado que cuenta con 80.000 efectivos, pero fue recuperado in extremis por el general Mohamed Lama ri, como él procedente de la gen darmería y uno de los duros del régimen, quien le llevó al Ministerio de Defensa como asesor.El sector más intransigente del poder argelino está recurriendo a todos los medios para impedir la salida política negociada. Presionó a Estados Unidos para que expulsaran al dirigente islamista Anuar Jadam, firmante del acuerdo de Roma en nombre del FIS, y también a Alemania para que retiraran el estatuto de refugiado político a Rabah Kebir.

A pesar de estos obstáculos, el primer ministro, Ahmed Uyahia, acaba de hacer un llamamiento público a la constitución de un "frente común" entre Gobierno y oposición "para luchar contra el terrorismo", con el Grupo Islámico Armado (GIA) como enemigo principal de la, pacificación.Inmediatamente le han respondido varios dirigentes de formaciones islamistas radicales como Al Baqun Al Lahd y el propio FIS condenando "las matanzas de inocentes" como contrarias al islam. Paralelamente, se ha sabido que militares de alta graduación de la Quinta Región Militar con base en Constantina, han iniciado contactos con el brazo armado del FIS.

Dos figuras

Dos figuras, pues, emergen en el escenario político: Zerual, que encarna la legalidad institucional y que goza de reconocimiento internacional, y Abasi Madani, que se presenta como la legitimidad usurpada.

El GIA, por una parte, y sectores incontrolados del propio poder, por otra, pretenden sabotear la apertura de negociaciones políticas, denuncia el citado boletín El Ribat. Para ello mantienen el clima de terror en todo el país, haciendo irrespirable la atmósfera argelina. La última matanza conocida sirve de ejemplo: dos familias huidas, respectivamente, de los horrores que ensangrentaron el año pasado Medea y Jijel encontraron refugio en un barrio mísero de las cercanías de Argel, Sidi Yilali. Hace tres días, fueron localizadas por los terroristas, que las pasaron a cuchillo y dejaron 15 cadáveres.

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