El seguro obliogatorio deja de ser fijo y dependerá del aforo de los ruedos
Las modificaciones al reglamento regional sobre encierros y suelta de reses, que no altera la norma en lo básico, entran en vigor hoy, tras ser publicadas ayer en el Boletín Oficial de la Comunidad. En blanco queda el apartado de los seguros de responsibilidad civil por daños que deberán contratar los organizadores, ya que estos pasan a depender de la Ley de Espectáculos Públicos. Esta ley establece que la cuantía mínima del capital asegurado estará condicionada por el aforo de los ruedos. Siete millones de pesetas si es de menos de 50 espectadores y 200 millones si caben menos de 5000. antes era de 20 millones para todos, lo que perjudicaba a los pueblos pequeños.
Esta novedad respecto a los seguros no es una modificación del Reglamento de Festejos Pupulares, sino que viene determinada directamente por la Ley de Espectáculos Públicos, cuyo rango es superior al reglamento, que es sólo un decreto de Presidencia de la Comunidad de Madrid. El reglamento entró en vigor el 1 de agosto del año pasado, y posteriormente, el 8 de julio de este año, lo hizo la Ley de Espectáculos Públicos, lo que motivó que en principio se exigiera una misma cuantía para los seguros de todas las plazas de la región. A partir de la publicación de la ley de espectáculos, las plazas con un aforo superior a los 5.000 espectadores tendrán que contratar 20 millones más de corbetura del seguro por cada cinco millares más de posibles asistentes.En cuanto a las modificaciones, antes, si los toros iban a ser lidiados por la tarde, sólo se podían soltar en manada. La modalidad de uno en uno se reservaba a los astados adquiridos sólo para el encierro. Ahora, no. Pero en el caso de que los cornúpetas tengan una cita con el matador y los organizadores decidan soltarlos de uno en uno, tendrán que asumir el riesgo de que sean desechados si alguien los cita durante el encierro, pues el torero tendría entonces que vérselas. con un animal enseñado.
Otro cambio de cierta relevancia, dado que los alcaldes, estaban muy preocupados por el desembolso que supondría la construcción de corrales, es que los toros podrán soltarse desde el camión que los ha transportado, siempre que no vayan a ser lidiados. Asimismo, se amplía el plazo para adaptar al Reglamento Taurino Nacional los corrales de las plazas portátiles hasta el 1 de mayo de 1998. En cuanto al recorrido, seguirá teniendo una longitud máxima de 1.000 metros, pero se admiten trazados de hasta 1.500, si se acredita su tradición y se refuerza la seguridad. Sí el recorrido tiene más de 600 metros, la puerta de seguridad que impide que los toros den marcha atrás una vez atravesada se situará a 300 metros del coso y no a medio camino. Por otro lado, en las talanqueras horizontales que protegen al público se admiten los travesaños de hierro, acabando con la exclusiva de la madera. El plazo para matar a los animales se amplía de 12 a 24 horas, aunque sigue prohibido hacerlo en público, así como que las reses participen en otro festejo.
Imprescindible
Y, por último, se permite el uso de la maroma para entrar al astado en los chiqueros, siempre que sea imprescindible y que se haya intentado antes sin éxito por otros medios. En cuanto a la edad de las reses, se permitirá utilizar en los encierros reses entre uno y dos años si luego se van a lidiar en una becerrada. En caso contrario, tendrán que tener, como ya establecía el reglamento, entre uno y seis años.El consejero de Presidencia, Jesús Pedroche, se mostró ayer muy satisfecho de la respuesta de los alcaldes, que al fin y al cabo -dijo- son los que han de enfrentarse con los aficionados en caso de polémica. "Son plenamente conscientes de que, aunque respetar el reglamento no resuelve todos los problemas, sí los palia", manifestó. Fuentes de la consejería aseguraron que este año se extremarán los controles para asegurar que los directores técnicos y los voluntarios que cuidan del desarrollo de los encierros cuenten con verdadera experiencia en el tema. También se pondrá especial atención en supervisar la calidad de los cabestros.
Pedroche no descartó modificar de nuevo el reglamento si así lo aconseja el balance que tiene previsto hacer a final de temporada. Las modificaciones que se publicaron ayer proceden del análisis de la temporada anterior y de las sugerencias hechas por los ayuntamientos afectados.
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