La bombona de butano subió un 6% desde el 1 de agosto sin anuncio previo por parte de Repsol
En otoño o en invierno, una subida de 63 pesetas en la bombona de butano (un 5,8%), no hubiera pasado desapercibida. Pero sí en agosto. Repsol Butano decidió el pasado día 1 subir el precio de la bombona de butano de 1.070 pesetas a 1.133 pesetas sin anuncio previo. La sorpresiva subida -que afecta a 14 millones de consumidores- se apoya en una orden del Ministerio de Industria del día 31 de julio que suspendió la congelación del precio del gas butano, en vigor desde el 17 de enero. Ni Industria ni Repsol Butano ofrecieron ayer explicaciones sobre la subida
El aumento de casi un 6% en el precio de la bombona de butano -que se suma al de los precios de las gasolinas hasta máximos históricos en la noche de ayer- fue confirmada por las empresas distribuidoras de gas butano madrileñas y por una fuente de Repsol Butano, que aludió a la existencia de una circular interna, con fecha 1 de agosto, en la que se daba cuenta del cambio en los precios.El aumento ha tardado una semana en hacerse público, probablemente porque agosto es uno de los meses de menor consumo del año. El primer medio que difundió la noticia fue La Vanguardia.
Pese a los repetidos intentos de recabar una explicación por parte de este periódico, no fue posible localizar a ningún portavoz oficial de Repsol Butano, ni del Ministerio de Industria, ni de la Secretaría de Estado de la Energía.
En pleno mes vacacional, la persona mejor informada sobre el precio del butano, ayer por la tarde al menos, era el vigilante de Repsol Butano, quien sí tenía a mano la circular interna de la empresa con los nuevos precios.
Subida en 24 horas
Si se repasa la secuencia de hechos que han culminado en la subida del gas, se observa que Repsol Butano tardó menos de 24 horas en aplicar la orden del 31 de julio del Ministerio de In dustria -publicada el 1 de agosto en el Boletín Oficial del Estado- por la que se suspendía la congelación de precios del butano vigente desde el 17 de enero.El mismo día, 1 de agosto, en que la orden ministerial se publicaba en el BOE, Repsol databa su circular interna con los nuevos precios de la bombona. La compañía trata así de resarcirse por la suspensión del sistema de precios máximos que estuvo vigente hasta el 17 de enero y que, según sus datos, ha supuesto un impacto negativo en sus resultados de unos 20.000 millones de pesetas.
A principios del mes de julio, cuando ya estaba anunciada la descongelación de los precios, Repsol descartó subidas de precios inminentes, dada la menor demanda que se registra en los meses de verano.
En enero, Industria justificó la congelación del precio del butano para "ayudar a alcanzar el objetivo de inflación y cumplir los criterios [de convergencia] de Maastricht". El Gobierno parece haber concluido que el butano ya no es un elemento importante en la senda que conduce a Maastricht.
En su orden del 31 de julio pasado, Industria establece "un sistema de determinación de los precios. máximos de venta al público, antes de impuestos, de los gases licuados del petróleo [...] cuya cuantía en pesetas/kilogramo se determinará como suma" de la cotización internacional, del flete [transporte en buque] y de los costes de comercialización.
La Dirección General de la Energía, según recoge la orden ministerial, determinará los precios máximos del butano en función del sistema mencionado y los publicará en el Boletín Oficial del Estado el tercer martes de cada mes.
La mala noticia para los consumidores que siempre supone una subida en los precios de los combustibles se ve acompañada en esta ocasión por las pesimistas previsiones de los expertos para las próximas semanas, dada la evolución en la cotización del dólar, que encarece las compras de crudos.
Sobre los precios de las gasolinas, el portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Miguel Martínez, aseguró ayer en declaraciones a Europa Press que "el consumidor está simple y llanamente indefenso" ante las subidas y lo único que puede hacer es "intentar racionalizar el uso del automóvil". Para el portavoz de la OCU, la coyuntura siempre se utiliza para justificar subidas y nunca bajadas".
Miguel Martínez criticó asimismo la rigidez de un mercado en el que las compañías distribuidoras "tampoco muestran diferencias sustanciales de precio entre ellas, de tal manera que no se puede aconsejar al consumidor determinadas opciones de compra".
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