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Un ayuntamiento navarro gobernado por UPN apoya una moción de HB

Al acuerdo de los partidos democráticos vascos de aislar políticamente a Herri Batasuna (HB) y no apoyar sus propuestas le han salido dos puntos negros, uno en Álava (Amurrio) y otro en Navarra (Villava). En esta segunda localidad, casi limítrofe con Pamplona, todos los ediles, menos uno de los dos socialistas, apoyaron el pasado 31 de julio una moción de HB en favor del acercamiento a Euskadi de los presos etarras. El alcalde, Alfonso Ucar (Unión del Pueblo Navarro, partido fundido con el PP en la comunidad foral), justificó ese respaldo porque el mismo acuerdo se alcanzó el pasado año y "se trata de cumplir la Constitución".

Todos los ediles de Villava, un pueblo de menos de 8.000 habitantes que se hizo famoso por ser la cuna del ciclista Miguel Induraín, apoyaron la moción de HB sobre los presos etarras, excepción hecha de un socialista que no asistió a la reunión. La corporación está formada por cinco concejales de UPN, tres de EA, dos de HB, dos del PSOE y otro de IU."Nos estaban buscando esa contradicción y por eso presentaron [HB] la moción en estos momentos de crispación de toda la sociedad española", intentó justificarse ayer el alcalde, Alfonso Ucar, en declaraciones a Europa Press. "De buena gana", siguió, "habría votado que no, y no por el fondo del asunto, que estoy de acuerdo, sino por el momento que es, por la forma en que lo presentó HB, por las ganas de protagonismo que tienen y de ponemos contra la pared".

El texto aprobado exige que los presos políticos vascos sean traídos a Euskal Herria y que quienes tengan cumplidas las tres cuartas partes de su condena o padezcan enfermedades incurables queden libres.

Ucar explicó qué, al comienzo del pleno, aseguró que no apoyaría ninguna moción de HB, pero que en uno de los recesos decidieron no caer en la contradicción de rechazar lo aprobado hacía un año.

Al cabo, sin embargo, no sólo se respaldó esa moción, sino, también otra que reclama "el fin de las medidas represivas diseñadas contra los presos políticos vascos y que les sean respetados sus derechos". En ésta se abstuvieron los cinco ediles de UPN, pero se pronunciaron afirmativamente los de EA e IU.

Paradójicamente, los corporativos, con la excepción en este caso de HB, aprobaron en la misma reunión asumir el acuerdo de la Mesa por la Paz de Navarra firmado el pasado 14 de julio, un texto que condena a ETA y su entorno y pone de relieve "la grave responsabilidad política" de HB en el mantenimiento de la violencia terrorista.

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El alcalde de Villava se mostró preocupado por la repercusión de la noticia y explicó: "Sé que tendremos problemas y que nos pedirán explicaciones, pero cada uno sabemos en qué pueblo vivimos y algunos son más conflictivos que otros".

Ucar explicó que en el pleno estaban presentes unos 40 simpatizantes de HB que pudieron influir en las decisiones de algunos ediles. "Vivimos en un continuo amedrentamiento. Aparece en las calles cada dos por tres 'Ucar kontuz [Ucar cuidado], el siguiente vas a ser tú', y cosas verbales", comentó.

El caso de Villava sirvió ayer al PNV para defenderse de las acusaciones, de abandonar la estrategia de Ajuria Enea por su actitud de apoyo a una moción de HB en Amurrio. "Si nosotros hemos roto la unidad de los partidos en Álava", alegó un portavoz, "¿qué han hecho UPN, el PSOE y EA en Navarra?".

Pese a todo, el PP pidió ayer al PNV que adopte medidas contra sus tres ediles de Amurrio por falta de respeto a los partidos democráticos.

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