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Moscú lanza un nuevo rublo para mantener una tasa de inflación estable

El presidente ruso, Borís Yeltsin, anunció ayer que a partir del 1 de enero de 1998 habrá una redenominación del rubio, al que se le quitarán tres ceros. Los antiguos rubios podrán circular hasta fines de 1998 y después los rusos tendrán otros cuatro años para cambiar los billetes caídos en desuso. La reforma llega cuando el rubio está estabilizado y la hiperinflación pertenece al pasado.

La mayor parte de los antiguos rublos serán eliminados de la circulación a fines del primer trimestre de 1998, dijo ayer Arnold Voilukov, vicepresidente del Banco Central de Rusia.El trabajo para la redenominación de la moneda rusa lo comenzó el citado banco el año pasado con el visto bueno del presidente de Rusia, Boris Yeltsin.

A partir de enero del año 1998 de la caja del Banco Central saldrán solo rubios nuevos, que por su color se corresponderán con los actualmente en circulación, para que la lente se acostumbre más fácilmente a los nuevos billetes. Habrá billetes de 5, 10, 50, 100 y 500 rublos y monedas de 1, 5, 10 y 50 kópeks y de 1, 2 y 5 rublos. El billete más grande actualmente es el de 500.000 rublos.

"Los precios de los productos básicos están prácticamente estables y estamos decididos y seguros de mantenerlos así. Por eso hemos tomado la decisión de realizar esta reforma monetaria. Y con ella declaramos que no habrá más inflación", dijo Boris Yeltsin, desde Volzhski Utiós (El peñasco del Volga), en la provincia de Samara donde ayer pasó su último día de vacaciones.

El líder ruso subrayó que "como resultado de la reforma, nadie perderá nada. No se mermarán los intereses de nadie. Esta no será una reforma confiscatoria". "Quiero que todos se preparen bien, para que no haya prisas ni inquietudes. Los últimos 50 años todo lo que ha estado relacionado con reformas monetarias siempre ha resultado un golpe para la gente de a pie. Esto ahora está excluido. Lo garantizo como presidente", declaró.

Ejemplos del pasado

Estas palabras del líder ruso, dirigidas a calmar a la población, son realmente necesarias, ya que los rusos están acostumbrados a que cada reforma monetaria abra serias dudas respecto a si es o no un abierto robo del Estado.Baste recordar la última reforma, realizada a principios de 1991 por el último primer ministro de la URSS, Valentín Pávlov. Entonces se anunció que había sólo tres días para cambiar los antiguos billetes y se formaron enormes colas ante los bancos. En aquella ocasión se cambiaba, sin apenas tiempo para que la población digiriese la medida, un rublo antiguo por uno nuevo, pero sólo hasta cierta cantidad, por encima de la cual uno debía demostrar que el dinero había sido ganado legalmente. La gente debía esperar horas y horas para poder salvar sus ahorros e incluso hubo casos de jubilados que murieron en esas colas.

Los motivos de esta reforma son otros. El problema era que había un exceso de circulante, que pretendían eliminar con el cambio. Hoy la inflación es baja y el rublo es estable.

Yeltsin prometió además, que cualesquiera que sean los problemas de la economía rusa, no se volverá a recurrir a la solución inflacionaria de imprimir más dinero, como ocurría en tiempos soviéticos, y aseguró que los rusos podían guardar su dinero en cuentas en rublos y no cambiarlos a dólares.

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