Netanyahu suspende las negociaciones de paz hasta que Arafat se empeñe contra el terrorismo
Poco después de que las explosiones del mercado de Majané Yejuda de Jerusalén conmovieran los frágiles cimientos del proceso de paz en Oriente Próximo, el primer ministro Benjamín Netanyahu exigió con duras palabras al Gobierno palestino de Yasir Arafat que comience de una vez a combatir el terrorismo. "Esperamos que la Autoridad Palestina empiece a luchar contra el terrorismo, tal y como prometió, y como nunca ha hecho", advirtió Netanyahu tras visitar en el hospital a algunos de los heridos en el atentado. Poco después la televisión estatal israelí anunció que tras su reunión de emergencia el Consejo de Ministros había decidido suspender temporalmente las negociaciones con la Autoridad Palestina.
Netanyahu compareció ante la prensa para emplazar a Arafat a que "tome medidas contra los terroristas y sus colaboradores, que actúan con impunidad en los territorios autónomos palestinos". El primer ministro israelí reclamó su derecho a "pedir explicaciones a quienes se consideran aliados de la paz [en alusión a los palestinos] para que actúen como tales". El Gobierno israelí ha criticado en repetidas ocasiones la puesta en libertad por las autoridades palestinas de extremistas árabes reclamados por los servicios de seguridad de Israel.Arafat había telefoneado a Netanyahu poco después de que se produjera el atentado para transmitirle sus condolencias hacia las víctimas. Pero, según fuentes del Ejecutivo israelí, el primer ministro contestó "muy duramente" al líder palestino, a quien culpó de no hacer lo suficiente para impedir los ataques terroristas y de haber fracasado en su tarea de controlar a los extremistas.
"Las autoridades palestinas tienen que recoger las armas y los explosivos de los terroristas y están obligadas a adoptar medidas de seguridad que no han tomado. Eso es lo primero que esperamos", advirtió Netanyahu, quien afirmó que el pueblo israelí no está dispuesto a aceptar que los atentados formen parte de su vida cotidiana. Sólo entonces el Gobierno israelí volverá a la mesa de diálogo, tal como anunció a la televisión tras su reunión de emergencia.
"Arafat ha dado luz verde a los terroristas. El mundo tendría que darse cuenta, de que se trata de elegir entre la violencia y el terrorismo o el proceso de paz", aseguraba también con firmeza Shaid Bazak, portavoz del primer ministro, quien pidió al líder palestino que actúe resueltamente contra grupos terroristas como Hamás o la Yihad Islámica.
Otro de los portavoces de Netanyahu. acusó también a Arafat de "no hacer lo que predica", y citó como un ejemplo claro y patente las implicaciones de los policías palestinos en ataques contra israelíes.
Desde que el 29 de mayo de 1996 el derechista Netanyahu llegó al cargo de primer ministro, el principio de paz por territorios, en el que se basaron los acuerdos de paz de Oslo, quedó en entredicho. Apenas dos meses después de su elección, dio vía libre a la construcción de nuevos asentamientos de colonos judíos en Gaza y Cisjordania, que había quedado congelada por el Gabinete laborista.
Pero la más grave de las crisis israelo-palestinas que han jalonado el mandato de Netanyahu. estalló en septiembre de ese mismo año, cuando el primer ministro autorizó la apertura de un túnel bajo la explanada de las mezquitas de Jerusalén. Esta polémica decisión desató una ola de enfrentamientos que se saldó con al menos 80 muertos. El presidente norteamericano, Bill Clinton, tuvo que convocar a Netanyahu y a Arafat en la Casa Blanca para poner fin a la violencia.
Polémica envenenada
A comienzos de este año, el proceso de paz volvió a encarrilarse con el acuerdo sobre Hebrón, por el que las tropas israelíes se retiraron del 80% del territorio de la ciudad cisjornada.Una nueva polémica envenenó más tarde el proceso de paz al autorizarse la construcción de 6.500 viviendas para israelíes en una colina situada en la zona árabe de Jerusalén. A pesar de las condenas de las Naciones Unidas y de las presiones de EE UU, el Gobierno de Netanyahu, prosiguió su política de intentar anexionar a Israel los asentamientos de colonos situados en territorio palestino. Hace menos de una semana, el Ayuntamiento de Jerusalén autorizaba la construcción de otro barrio judío en el este de la ciudad.
La mediación de la UE, con el compromiso de israelíes y palestinos de reactivar el proceso de paz, y la decisión del Gobierno de Netanyahu de suspender la edificación del último asentamiento en Jerusalén parecían haber llevado de nuevo a los antiguos enemigos a la mesa de negociaciones. Pero la matanza del mercado de Majané Yejuda ha vuelto a mostrar que la paz aún no ha echado raíces profundas en Tierra Santa.
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