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Clinton y la mayoría republicana pactan una rebaja fiscal de 13,2 billones hasta el 2002

La Casa Blanca y la mayoría republicana del Congreso de EE UU han llegado a un acuerdo, calificado ya de histórico, para desarrollar un recorte de impuestos valorado en 85.000 millones de dólares (13,2 billones de pesetas) hasta el año 2002. El acuerdo permitirá equilibrar los gastos y los ingresos por primera, vez desde 1969. La negociación se inició en mayo pasado y tanto Bill Clinton como el legislativo se jactan de haber llegado a un punto intermedio ideal. El presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, dijo que el plan se convertiría en ley esta semana.

"Esta es una oportunidad histórica", dijo el presidente Clinton. "Puede ser el logro de una generación". La aprobación del plan se daba ayer por hecha por todos los interlocutores, aunque era la Administración la que se mostraba un poco más cauta a la espera de analizar todos los detalles.Todos parecen ganar con el acuerdo fiscal alcanzado el lunes en Washington. Los republicanos, por ejemplo, reducen la presión fiscal sobre las rentas del capital (incrementos de patrimonio) y consiguen los 500 dólares (78.000 pesetas) de exención por hijo que prometieron en su plan Contrato con América de 1994.

Los republicanos querían ampliar esta exención a familias de más ingresos y con niños mayores de lo que Clinton ha bía propuesto y este gasto adicional es una de las razones por las que algunos observadores creen que el ajuste alcanzará al final los 90.000 millones de dólares. Los demócratas, por su parte, refuerzan los programas de educación y salud, mientras Clinton pasa a la historia como el presidente conciliador que acabó con el déficit público. "Queremos que esto se vea como una situación en la que todos salimos ganando", dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lott.

Toma y daca

Corrigiendo la euforia, el propio diario de la capital The Washington Post explicó ayer que la reducción de impuestos sólo será compatible con el equilibrio presupuestario gracias al excelente momento económico que atraviesa EE UU, y que en cualquier caso se trata de un parche que no hará sino traspasar el problema fiscal a generaciones futuras.Los puntos básicos del acuerdo pueden leerse como un toma y daca de la siguiente manera. Los republicanos levantaron el listón que pretendían imponer en la cobertura sanitaria para niños que carecen de un seguro, un plan que se amplía ahora hasta 24.000 millones de dólares (3,7 billones de pesetas) en cinco años como quería Clinton.

La Administración Clinton cedió, a su vez, en el impuesto sobre incrementos de patrimonio, que bajará del 28% actualmente en vigor al 20% por ciento y al 18% en el año 2001. También se rebajan los impuestos sobre herencias y transferencias inmobiliarias, un tanto que se anotan los republicanos. Pero el partido de Gingrich aceptó un aumento de 40.000 millones de dólares (6,2 billones de pesetas) en gastos de educación.

Según el análisis del diario The New York Times, el secreto está en que "Bill Clinton se sale con la suya en las disputas sobre el gasto federal y los republicanos se imponen en las cuestiones fiscales que más les importan".

Ahora bien, ¿cómo se financia esta fórmula? Para empezar, el ritmo de crecimiento de los programas sociales irá en descenso, hasta completar un ahorro de 115.000 millones de dólares (17,82 billones de pesetas) en cinco años. Una de las alternativas que los republicanos proponen es el establecimiento de nuevas cuentas bancarias libres de impuestos para jubilados.

Por otra parte, aumenta notablemente el impuesto federal sobre el tabaco. Actualmente es de 24 centavos (37 pesetas) por cajetilla, pero subirá a 34 centavos (unas 52 pesetas) en el año 2000 y a 39 (60 pesetas) dos años después. Esto supone una concesión por parte del Congreso, dominado por los republicanos, habitualmente del lado de la industria tabaquera. También se recaudarán 30.000 millones de dólares más (4,65 billones de pesetas) gracias a un aumento del impuesto sobre los billetes de avión.

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