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Santiago asfixiado por el 'smog'

Niños y ancianos colapsan los hospitales de la capital chilena a causa de la alta contaminación

Santiago vivió, ayer su quinto día consecutivo en situación de emergencia ambiental, cubierto por la espesa capa gris del smog, una pervesa combinación de partículas tóxicas procedentes de los gases de los motores de coches y autobuses, de las chimeneas industriales y del polvo que levantan los vehículos en las numerosas calles sin pavimentar de la capital chilena.Este peligroso cóctel de aire poluto es habitual en muchas de las grandes urbes latinoamericanas, pero los cinco millones de habitantes de Santiago respiran un aire más envenenado que en otras ciudades. La ciudad está rodeada de cerros de hasta 3.000 metros de altura que impiden una rápida ventilación. Además, en estos crudos días invernales, está cubierta por una densa capa de aire frío que no deja ascender a las partículas tóxicas hacia la atmósfera. Santiago es como una olla que retiene la contaminación.

Ayer, muchos de los que tienen altos ingresos escogieron huir a las playas, situadas a poco más de cien kilómetros de distancia, o a las pistas de esquí, a 40 kilómetros hacia la cordillera. Desde arriba, en los cerros cercanos, no era posible ver la ciudad. El diario La Época publicó una foto de Santiago, tomada desde el centro de deportes invernales de Farellones, en la que sólo era visible la gris capa de smog que respiran los santiaguinos.

Pero la mayoría tuvo que quedarse. Los más afectados han sido los niños y los ancianos. El sábado, en el hospital pediátrico Félix Bulnes, uno de los mayores de la ciudad, las consultas aumentaron en un cien por cien y casi todas eran por enfermedades respiratorias. El centro clínico se quedó sin camas disponibles, y muchos pacientes que llegaron de urgencia debieron ser atendidos en los pasillos, según el Telediario La Tercera.

En el Hospital del Tórax, el más importante centro de atención de enfermedades respiratorias del país, de cada diez pacientes que han requerido hospitalización por estos días sólo uno, el más grave, puede ser internado por la baja disponibilidad de camas, debido al aumento de la incidencia de las afecciones pulmonares. A los pacientes habitualmente, les administran oxígeno con mascarillas y les recetan fármacos broncodilatadores.

El Colegio de Médicos teme que la situación se agrave a partir de hoy, porque los niños regresan a clase después de sus vacaciones de invierno. Por ello, el Ministerio de Educación estudia prorrogar las vacaciones escolares ante la Crítica situación ambiental. Los médicos solicitaron esta medida a las autoridades y también suspender las clases de gimnasia en los colegios.

Similar petición formularon dirigentes ecologistas. Uno de ellos, Manuel Baquedano, pidió a los ministros y al presidente de la República dejar sus coches en casa y usar otros medios de transporte, para dar ejemplo. Las organizaciones medioambientales anunciaron que harán protestas pública! esta semana para demostrar el descontento de la población con la contaminación.

Las autoridades han prohibido circular durante cinco días seguidos a un 40% de los coches más antiguos (aquellos que carecen de catalizador). También han ordenado paralizar sus actividades a casi cien industrias, además de prohibir el uso de chimeneas, la quema de basuras y las demoliciones en el perímetro más céntrico de la ciudad. Sin embargo, las medidas no dan resultados satisfactorios. Médicos y ecologistas reprochan que la prohibición de circulación no incluya también a los coches don catalizador.

El viernes, el presidente Eduardo Frei anunció un plan para reducir el smog que implica un coste de 600 millones de dólares (unos 90.000 millones de pesetas) e incorpora acciones más drásticas contra las fuentes de contaminación (más impuestos a los coches para incentivar el uso del transporte público y reforestación y pavimentación de calles en la capital). Sin embargo, médicos y ecologistas lo consideraron insuficiente. El director del Servicio de Salud Metropolitano, Mauricio llabaca, responsabilizó ayer de la prolongada contaminación a la "mala ventilación" de Santiago. Y advirtió que lo único que podría solucionar el problema "sería un cambio en las condiciones climáticas".

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