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LAS VENTAS

Sucedió un poco de todo

Llegó a ocurrir un poco de todo ayer por la tarde en el coso venteño. Un poco de todo aquello que suele suceder en las corridas de toros veraniegas en Madrid. Toros serios, toreros dispuestos y con escasos contratos y, por lo común, festejos muy largos. Esta vez puede decirse que cumplieron más los toreros que los bureles de Louro Fernández de Castro, que desarrollaron más mansedumbre que casta en una calurosa jornada taurina de domingo.Jesús Romero es un joven torero que tiene una idea clásica del toreo. El diestro de Alcalá de Henares tuvo una tarde meritoria, algo que es de agradecer y tener en cuenta, pues era la primera corrida de toros que estoqueaba en la presente temporada.

Castro / Valderrama, Trujillo, Jesús Romero

Toros de Ernesto Louro Fernández de Castro, bien presentados, de juego muy desigual.Domingo Valderrama: dos pinchazos sin soltar, pinchazo soltando y se derrumba (silencio); pinchazo soltando, estocada tendida, tres descabellos -aviso- y descabello (silencio). Juan José Trujillo, que confirma la alternativa: estocada delantera y caída (leve petición y vuelta); pinchazo sin soltar, dos pinchazos soltando, pinchazo caído soltando -aviso-, pinchazo hondo que escupe y media atravesada (silencio). Jesús Romero: estocada tendida y trasera (petición y vuelta); estocada contraria y dos descabellos (silencio). Plaza de las Ventas, 27 de julio. Un cuarto de entrada.

Buena faena

En su primero, Romero aprovechó la nobleza del morlaco para desplegar una faena de gusto y fino trazo que comenzó con buen criterio y templado toreo, para estirarse sobre la mano derecha con temple y su ritmo, y pases de pecho de excelente dibujo. Por el pitón izquierdo la faena fue menos conseguida, aunque un par de naturales tuvieron prestancia. Remató el trasteo de variada manera y con buen aire. En el sexto, mansazo y rajado, porfió y estuvo valiente. Algún detalle y apuntes de estilo.Juan José Trujillo, al toro de su confirmación lo recibió con verónicas templadas. La muleta la manejó de forma desigual ante su noble oponente, pero acertó a bajar la mano en derechazos de trazo interesante. Mató eficazmente y dio una vuelta al ruedo tras leve y sumisa petición. En el quinto, Trujillo se estiró enseguida en el último tercio y procuró pases de muleta de factura no muy cara. Quiso siempre torear con estilo, mas abusó de torear fuera de cacho.

Domingo Valderrama no tuvo suerte, porque le tocó un lote lamentable. Su primero era un marmolillo insufrible y no pudo dar una décima de pase con su muletilla torera. Y al deslucidísimo cuarto le tragó paquete y medio en una misión imposible. Su peón El Formidable se lució en el tercio de banderillas y en la brega del esaborío cuarto toro, que en los cielos de su dehesa esté.

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