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Boeing ofrece ceder sobre los contratos de exclusividad para que Bruselas apruebe su fusión con McDonnell

El gigante mundial de la aeronáutica Boeing presentó a última hora de ayer ante la Comisión Europea algunas concesiones para conseguir que Bruselas dé hoy el visto bueno a su fusión con la también estadounidense McDonnell Douglas. Fuentes comunitarias confirmaron que la compañía estadounidense ha presentado una nueva oferta sobre la cuestión más espinosa, los contratos de exclusividad que ha firmado para los próximos 20 años con tres compañías aéreas estadounidenses. Tras recibir estas propuestas, la UE consultó con expertos comunitarios sobre las leyes antimonopolio."Hay una posibilidad muy real de que se logre un acuerdo", afirmó el ministro británico de Exteriores, Robin Cook, tras la reunión que mantuvieron los Quince con el comisario de la Competencia, Karel Van Miert. "Creo que encontraremos la manera de evitar el enfrentamiento", había señalado poco antes el presidente estadounidense, Bill Clinton, quien ayer se mantuvo en contacto telefónico con sus socios europeos.

El ministro alemán de Exteriores, Klaus Kinkel, señaló al término del encuentro con sus homólogos que Van Miert había informado que hay claros indicios de que Boeing flexibiliza su postura, según indicaba un fax que el comisario recibió en plena reunión.

Poco antes, Clinton había transmitido al primer ministro italiano, Romano Prodi, su preocupación porque la decisión comunitaria no se base sólo en aspectos que afectan a la libre competencia. "Hay que hacer el mayor esfuerzo para evitar una decisión política que puede desencadenar un peligroso conflicto comercial entre EE UU y la UE", dijo Clinton.

Washington acusa a la UE de querer defender con el veto al fabricante aeronáutico europeo Airbus y ha reclamado a la Comisión que decida sobre la fusión Boeing-McDonell con los mismos criterios de competitividad utilizados por la Comisión Federal de Comercio (FTC en sus siglas en inglés). A principios de mes, la FTC declaró que la operación, valorada en 14.000 millones de dólares (2,1 billones de pesetas), no viola las leyes contra el monopolio.

En paralelo, un centenar de congresistas norteamericanos se han movilizado contra la posibilidad de que la Comisión Europea se oponga a esa fusión. Esa oposición, amenazaron, tendrá "efectos dañinos en el presente y el futuro" de las relaciones trasatlánticas. En una carta enviada a Jacques Santer, presidente de la Comisión, afirman que la UE está más guiada por los intereses de Airbus que por preocupaciones sobre la libre competencia.

Van Miert ha venido argumentando, sin embargo, que la fusión atenta contra la competencia. La principal preocupación del comisario ha sido precisamente la existencia de los contratos de suministro exclusivo a largo plazo firmados por Boeing con American Airlines, Delta y Continental, por los cuales estas tres firmas sólo podrían adquirir aparatos al nuevo conglomerado. La negativa de Bruselas se basará "en hechos y datos" y no en consideraciones políticas, declaró ayer el portavoz del comisario.

[En Francia, la Dirección General de Aviación Civil criticó a Washington por estar considerando la posibilidad de reducir los vuelos entre Estados Unidos y el país europeo como represalia a la negativa comunitaria a la fusión. "No hay ninguna relación entre las negociaciones bilaterales sobre materia de transporte aéreo y el conflicto de Boeing con Bruselas" señaló el portavoz del organismo].

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