El Guggenheim de Bilbao comienza a instalar su colección de arte

La instalación de las obras de arte que el museo Guggenheim presentará a partir de su inauguración el próximo mes de octubre ya ha comenzado. Las pinturas del neoexpresionista alemán Anselm Kiefer han sido las primeras en llegar en los últimos días al edificio de piedra caliza y placas de titanio, en el que aún se trabaja a marchas forzadas para dar por concluida la construcción. Desde el exterior, el museo ofrece la imagen de una edificación inacabada, a causa de las dos torres que se elevan en un extremo de la nave de mayores dimensiones del museo, aún a medio cubrir por la piedra y con su esqueleto metálico a la vista. El acondicionamiento del entorno del museo, ubicado a orillas de la ría del Nervión, sigue avanzando a paso lento. Todavía no hay ni rastro del estanque previsto ni de la fuente de fuego, del artista francés Yves Klein, que iluminará la fachada.Las obras de Kiefer serán expuestas al público en una sala dedicada monográficamente al artista. El Guggenheim, de Bilbao ha adquirido 13 piezas, entre pinturas, esculturas, grabados y libros, que abarcan más de 20 años de su carrera. Forman parte de la colección propia que complementará los fondos procedentes de los museos Guggenheim de Nueva York y Venecia, cuya composición aún no ha sido hecha pública.

Las Administraciones vascas destinarán en cuatro años a la compra de obras 6.000 millones de pesetas. La colección propia intenta equilibrar la presencia de artistas de Europa y América, y contar con representantes de distintas generaciones.

Además de la serie monográfica de Kiefer, en el primer paquete se adquirieron obras de tres pintores norteamericanos encuadrados en el expresionismo abstracto -Willem de Kooning, Mark Rothko y Clifford Still- y del alemán Sigmar Polke, y se han encargado trabajos a diferentes creadores, como el escultor Richard Serra, que ya ha instalado su serpiente metálica en el interior del museo, y los artistas Francesco Clemente y Jenny HoIzer.

Ayer el comité ejecutivo de la Fundación Guggenheim Bilbao celebró su primera reunión en el edificio del museo.