_
_
_
_
Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Estrellas solidarias

Los últimos 30 años de la historia del jazz serían ligeramente diferentes si Herbie Hancock no hubiera incidido en ellos con suaves golpes de timón. Nunca se ha considerado un gran renovador, pero ha sabido sacar excelente provecho a su técnica espectacular, a su erudición ilimitada y a su decidida flexibilidad conceptual.Ahora es un maduro interesante que deja entrever un alma bohemia bajo sus maneras educadas y hasta algo conformistas, como si a sus 57 años hubiese concluido que lo mejor es transitar por la vereda del medio, a caballo entre el jazz golfo de sus años hipereléctricos y las hechuras señoriales de su etapa escrupulosamente acústica.

Para culminar con éxito este delicado compromiso, no ha reparado en gastos y se ha rodeado de cinco cabezas de serie en sus respectivos instrumentos, de un grupo de auténticos jefes de tribu que, a su vez funcionan desde hace años como prósperos guías estéticos.

Herbie Hancock & The New Standard All Stars

Herbie Hancock (piano), Michael Brecker (saxo tenor), John Scofield (guitarra), Dave Holland (contrabajo), Jack Dejohnette (batería) y Don Alias (percusión).Cuartel del Conde Duque. Madrid,5 de julio.

Hancock salió parlanchín. Tanto se dejó llevar por la euforia, que incluso recordó, con gesto nostálgico, una lejana visita a la capital con Miles Davis que, salvo error u omisión, nunca se produjo. Esta travesura de la memoria pasó a segundo plano cuando se sentó ante un estupendo Bösendorfer para atacar NewYork minute, también pieza de arranque de su discutido disco The new standard, con su habitual claridad estructural y envidiable control instrumental.

Alta densidad

Tampoco Michael Brecker ni John Scofield, en sendos solos de alta densidad y dimensiones generosas, . esperaron para dejar constancia de su infalible sentido del clímax. Norwegian wood, de Lennon y MacCartney, sirvió para remansar la atmósfera y cambiar de tercio, fue un breve paréntesis.De ahí en adelante, los ritmos se hicieron aún más explícitos y contundentes, primero con la melodía amable de Mercy street, de Peter Gabriel, y más tarde con la negritud descarada de Thieves in the temple, de Prince. Hancock y compañía estaban en su salsa haciendo malabarismos, a veces un poco amenazados por la sombra del cliché, sobre esquemas sencillos, abiertos y moderadamente bailables. Justo la música que esperaba el público en una noche de verano tan poco veraniega.

Mención aparte merecen el endiablado fondo percusivo que tejió Jack Dejohnette, todo un coloso, y los colores que pintó Don Alias con sus tambores sutiles.

Dave Holland, muy metido en su papel de hombre serio del sexteto, desgranó imperturbable líneas imaginativas y figuras rítmicas de consistencia pétrea. Aunque las agujas del reloj rondaban la medianoche,. hora límite fijada por el Ayuntamiento de Madrid, el grupo obtuvo permiso para regalar una tenue propina final, Love is stronger than pride, de Sade, que sirvió para confirmar que las reuniones de estrellas pueden sonar a algo más que a frívolos desfiles de egos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_