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El futuro Cuartel General de la OTAN en España estara a las afueras de Madrid.

Miguel González

La sede del futuro Cuartel General de la OTAN en España estará en las afueras de Madrid. Así lo ha decidido el Gobierno, tras descartar las otras dos opciones barajadas en los últimos meses, Valencia y Sevilla, que hubieran reflejado mejor la vocación mediterránea y meridional del mando aliado español. Las mejores condiciones que ofrece la capital en cuanto a comunicaciones y su mayor atractivo para los militares extranjeros que trabajarán en el nuevo Cuartel General han acabado inclinando la balanza a su favor. La zona de Pozuelo puede ser la elegida.

El Ministerio de Defensa está evaluando unas instalaciones que posee el Ejército de Tierra en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. La zona, conocida como Retamares, está próxima a la autovía M-40, segundo cinturón de circunvalación de Madrid, y de numerosas urbanizaciones con viviendas de tipo unifamiliar.Las instalaciones albergan el Regimiento de Caballería de la División Mecanizada y el Centro de Mantenimiento de Artillería de Costa y Misiles, entre otras unidades, pero quedarán en parte vacías debido al previsto traslado a Burgos de la Agrupación Logística de la citada división. Inicialmente se había pensado instalar el puesto de mando de la OTAN en la base aérea de Torrejón, que cuenta con numerosas dependencias en desuso tras la salida de las tropas norteamericanas, pero esta alternativa, aunque no se ha descartado, presenta inconvenientes derivados de la reciente apertura de la base al tráfico civil.

Se estima que unos 150 militares de distintos países de la OTAN trabajarán en el Cuartel General español, cuyo coste anual estará entre 1.000 y 1.500 millones de pesetas. La mayor parte de este dinero será abonado por la Alianza, pero España, debido a su incorporación a la estructura militar, tendrá que aumentar su contribución desde los 2.000 millones al año que paga ahora hasta unos 5.000.

Nadie discute en la OTAN la creación del mando subregional español, aunque el Reino Unido ha logrado que se encargue un estudio de costes para garantizar que la nueva estructura, si no más barata, al menos no resulta más cara que la actual. Los británicos se presentan como los grandes sacrificados de la reforma en curso, al haber renunciado a un mando regional en Europa, y exigen que la proliferación de cuarteles generales por razones políticas no dilapide este ahorro.

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, prevista en Madrid para los próximos días 8 y 9, no podrá aprobar la nueva estructura militar, ya que subsisten los contenciosos sobre la nacionalidad estadounidense o europea del jefe del mando Sur y el reparto de responsabilidades entre Grecia y Turquía. No obstante, el Gobierno quiere realizar una declaración unilateral anunciando la integración de Espana en la cadena de mando en cuanto ésta vea la luz, previsiblemente el próximo diciembre.

Para justificar este anuncio necesita que al menos las líneas generales de la nueva estructura queden plasmadas en el comunicado final. Ahí surge el problema, ya que varios socios se niegan a comprometerse por escrito hasta que sus propias aspiraciones estén satisfechas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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