'Pathfinder' caerá al suelo de Marte botando como una pelota
Ares Vallis está en el ecuador de Marte y los investigadores dicen que puede ser la desembocadura de un antiguo canal ahora seco. Allí caerá Mars Pathfinder. El lugar, aceptado por los ingenieros, porque no es demasiado accidentado ni peligroso para los artefactos y tiene unas condiciones de insolación óptimas para alimentar los paneles solares de los robots, fue elegido por 60 científicos estadounidenses y europeos. Ares Vallis ofrece, potencialmente, una gran variedad de rocas que habrían sido arrastradas por las aguas de un canal caudaloso, aunque no se podrá determinar el origen de las muestras que Pathfinder analizará y fotografiará.La pista de aterrizaje en Ares Vallis es una elipse de 100 x 20 kilómetros -no se puede precisar más de momento, debido a las incertidumbres del viaje y la caída-. "Tardaremos unos días en determinar exactamente el lugar de la caída porque tendremos que analizar el efecto Doppler de la señal de radio [la variación de la frecuencia en función de la posición relativa del emisor y el receptor", explicaba Leif Harcke, del equipo de telecomunicaciones, en el centro de control de Mars Pathfinder, en el JPL, durante el ensayo general del aterrizaje realizado hace seis semanas.
Sin contacto
Paracaídas, decenas de dispositivos pirotécnicos, pequeños cohetes retropropulsores y un radar altímetro intervendrán en la complicada secuencia de descenso controlada por el ordenador de a bordo, de forma autónoma y sin contacto con la Tierra. Desde una hora y media antes de llegar a la atmósfera de Marte hasta tres horas y media después del aterrizaje, posiblemente no se tendrán aquí señales de Mars Pathfinder. La nave llegará a una velocidad de 7,5 kilómetros por segundo y la atmósfera la frenará hasta 400 metros por segundo. Luego, un paracaídas reducirá la velocidad de caída hasta 65 metros por segundo (234 kilómetros por hora).Una fase absolutamente innovadora de la maniobra empieza ocho segundos antes de tocar la superficie, a una altura de 300 metros. En ese momento se inflarán unos airbags alrededor de Mars Pathfinder para amortiguar el golpe definitivo, el impacto contra el suelo a 90 kilómetros por hora como máximo. Los airbags convertirán la nave en una pelota que dará botes desplazándose 12 metros y elevándose entre 100 y 200 metros, antes de pararse.
Pero los expertos seguirán mordiéndose las uñas en el JPL durante casi cuatro horas más, hasta que se abran los tres pétalos de la sonda, se enfríen los sistemas y se orienten las antenas. Entretanto, Marte y la Tierra habrán alcanzado una posición relativa favorable para recibir la primera señal. Una antena de la NASA, en la estación de Robledo de Chavela (Madrid), recibirá la ansiada señal... si es que Mars Pathfinder ha sobrevivido a tan azaroso descenso.
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