El alcalde de Reims, censura una exposición de Pere Formiguera por incluir desnudos de un niño
El fotógrafo español retrata a 32 personas de diferentes edades durante 10 años
El proyecto que inició hace siete años el fotógrafo Pere Formiguera (Barcelona, 1952) lo es todo menos morboso. Se trata de retratar a 32 personas de diferentes edades una vez al mes a lo largo de 10 años enintento de atrapar el tiempo a través de 3 cuerpos desnudos de estos modelos complices. El pasado viernes, Formiguera debía presentar una parte de este trabajo en la que se mostraban las 71 fotografías realizadas a un niño desde los 3 a los 10 años- dentro de la exposición 10 ans des photographies à Reims, pero el alcalde de la ciudad, Jean Falala, prohibió a la organización que se exhibieran las imágenes y amenazó con retirar todo el apoyo del Ayuntamiento a la exposición.
Falala no pone en duda la calidad del fotógrafo, pero alega que "en el contexto actual, en el que la prensa saca a relucir regularmente asuntos odiosos relacionados con niños, éstas fotografías no son adecuadas". En consecuencia, prohíbe que se presenten estas imágenes en las salas de un edificio público municipal de la ciudad y también que se asocie de cualquier manera el nombre de la ciudad a la presentación de estas fotografías en el catálogo. Recientemente en Francia ha tenido lugar una redada contra supuestas redes de pederastas que han conmocionado a la opinión pública.Formiguera, fotógrafo y estudioso de la imagen, realizó hace siete años en Reims un trabajo dentro del mes de la foto que organiza anualmente esa ciudad. Al celebrarse el décimo aniversario de este acontecimiento, la asociación Priorité-Ouverture escogió el trabajo de varios fotógrafos para que presentaran sus últimas realizaciones en el marco de una exposición colectiva. Sólo 10 días antes de la inauguración los organizadores recibieron una carta del alcalde en la que censuraba las fotos de Formiguera.
Solidaridad
Según el fotógrafo, pese a que se pensó en un primer momento en suspender todo el proyecto, él insistió en que se abriera la exposición para no perjudicar a sus colegas y comenzó por su cuenta una campaña de apoyo a su proyecto, a, la que ya se han sumado artistas como Juan Genovés y Perico Pastor; fotógrafos como Humberto Rivas, Javier Vallhonrat y Joan Fontcoberta; críticos como David Balsells, Marta Gili, Aurora Marsoto, Patrick Roegiers y Manel Ubeda; responsables de museos, centros de arte y asociaciones profesionales como el Museo Nacional de Arte de Cataluña y los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arlés, y futbolistas como el jugador del Barça Josep Guardiola. El cantante Lluís Llach ha anunciado, además, que en el recital que tiene previsto. celebrar en Reims a principios de julio interrumpirá la actuación para explicar el caso y proyectará imágenes de las fotografías censuradas. Las cartas, cada día más numerosas, oscilan entre la indignación directa por lo que algunos consideran actitudes fascistas e inquisitoriales del alcalde, y el intento educado de explicarle con ejemplos históricos la diferencia entre el arte y la incitación al delito."Entiendo que la situación en Francia es delicada, pero lo que no se puede hacer es confundir las cosas", comenta Pere Formiguera. "El cuerpo en sí mismo no es culpable de nada, lo que es culpable es la actitud de la mirada del que hace las cosas y del que las mira. En el caso del alcalde de Reims, está claro que tiene una mirada culpable o una mirada cargada de miedo. Y el miedo es muy mal consejero porque podemos llegar a culpabilizar a la víctima en lugar de al verdugo".
El proyecto de Formiguera, que ya se ha presentado en numerosas ciudades españolas y francesas, comenzó en 1991 y está previsto que finalice en el año 2000. En él participan 32 personas, ninguna de las cuales es modelo profesional. Están sus padres, hermanos, sobrinos y amigos. Desde hace. siete años, todas estas personas acuden una vez al mes a su estudio y se someten a una sesión fotográfica en la que la mitad de las imágenes son retratos de cara y el resto retratos de cuerpo entero que van girando en cada sesión 45 grados sobre sí mismos. Sobre el mismo fondo y con la misma luz, los modelos, que han decidido cada uno hasta dónde puede llegar la cámara, participan activamente en esta novela fotográfica sobre el crecimiento y la vejez. "Los modelos, además de ser cómplices, han realizado un ejercicio de generosidad extraordinaria", comenta el fotógrafo, orgulloso de que en siete años no haya habido una sola baja.
"Se supone que tiene que acabarse en tres años, pero ya hay gente que me ha dicho que querría continuar porque ha alcanzado consecuencias inesperadas para todos", afirma. "Es un proyecto cargado de ternura y por eso me indigna tanto lo que ha pasado en Reims, porque quiere decir que no se ha enterado de nada".
Babelia
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