Bombones

Pepín Lina salió a hombros por la puerta grande porque, en vez de una peladilla de Alcoy, el que cerraba plaza fue todo un bombón. Un toro de esos noblotes al que Liria dejó muy entero, le hizo una buena lidia, y el que fue mejor del encierro llegó con alegría al último tercio. No inventó el diestro de Murcia nada dentro de la tauromaquia , entre otras razones por que el toro era un bombón y la faena la basó en la mano derecha. ¿Le suena de algo?También Liria echó las rodillas en tierra, dio algún estatuario y se descaró en un desplante. Pero en conjunto hizo una faena donde, como mandó sobre el bombón y lo pasaportó de estocada, le sirvió para conseguir del benévolo público alicantino las dos orejas. Así abrió la puerta grande del coso de la Plaza de España y allí se mezcló con las comisiones de las hogueras que llevaban flores a la Virgen. Liria con su primero, un novillote que por el pitón izquierdo echaba la cara arriba, consiguió otra oreja con los derechazos de turno.

El Tato se presentaba en esta plaza y se ganó una oreja a fuerza de meterle el pico por los ojos a su primero, un toro pastueño que era todo un amiguete. Lo mató de estocada y el presidente no se hizo rogar, otorgándole el trofeo. A su segundo el maño le hizo una faena acelerada y se dejó el temple en casa.

Temple, con el que llegó el albacetense Manuel Caballero, que poco pudo hacer con su lote. En el primero se fue encima del toro y lo ahogó. Y el segundo, en cuanto bajaba las manos rodaba por el suelo, así que hizo unos vistosos circulares y mató. Por otra parte, en el festejo celebrado el sábado se lidiaron cuatro toros de Puerto de San Lorenzo y dos de de Carlos Núñez. Litri, bronca y ovación. Jesulín, cuatro orejas. Rivera Ordóñez, ovación y oreja.