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Rato condiciona su promesa de bajar impuestos a que se moderen las subidas salariales

El vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, lanzó ayer una advertencia para que se frenen los aumentos salariales. Y aseguró que, si se mantienen incrementos "muy por encima" de los precios, habrá dificultades para consolidar y mejorar la recuperación y para adoptar medidas que ha prometido reiteradamente, como la bajada de impuestos prevista para 1998. El Consejo de Ministros aprobó una declaración formal con esas advertencias, aunque Rato reconoció que es "una reflexión de futuro" para años próximos porque la negociación colectiva actual está prácticamente cerrada. Asimismo, desautorizó los aumentos pactados en las empresas públicas de la Agencia Industrial del Estado.

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El Consejo de Ministros difundió ayer una declaración oficial para frenar los aumentos salariales, que se encargó de hacer pública el titular de Economía, Rodrigo Rato. En el texto se afirma: "Aumentos [salariales] muy por encima de la inflación son incompatibles con el empleo y suponen una presión inflacionista que pone en riesgo nuevas bajadas de tipos de interés, futuras reducciones de impuestos y la creación de nuevas perspectivas favorables". También asegura: "La estabilidad económica permite mantener los gastos sociales y prever una futura bajada de impuestos. El excesivo incremento de los salarios resta eficacia a los esfuerzos realizados hasta el momento".Esas advertencias del Gobierno intentan frenar unos aumentos salariales pactados en los convenios colectivos en una cifra media del 3,17%, según los datos de la patronal CEOE y los sindicatos, frente a una inflación interanual que en mayo bajó al 1,5%. Rato cree que se trata de unos incrementos "preocupantes", sobre todo en algunas empresas que han pactado un 4% y un 5%, e "insolidarios", porque "ponen en peligro el empleo y la recuperación económica".

El Gobierno no va a tomar medidas directas para frenar esas subidas salariales, en contra de lo anunciado el pasado lunes por el secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro. Rodrigo Rato aseguró que no se pueden adoptar ahora acciones de política económica de hace 15 años, como podía ser un decreto-ley para controlar los sueldos.

Peligra la bajada de tipos

Pero sí puede condicionar futuras medidas que el Gobierno "quiere tornar", como es el caso de la bajada del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), prevista para 1998, o mantener "un marco que ha permitido la reducción en tres puntos de los tipos de interés en 1996 y l997".El Gobierno confía que se consigan acuerdos salariales en línea con la inflación (la previsión para fin de año se ha rebajado al 2,2%). Y tomó una decisión muy clara para las empresas públicas: las que están en pérdidas deben aplicar la congelación salarial, como se dijo en julio del año pasado, y las que tienen beneficios pueden negociar según su situación.

Eso supone una desautorización para el principio de acuerdo logrado entre la Agencia Industrial del Estado (AIE) y los sindicatos, que se debía haber firmado el pasado día 9 de junio. En él se preveía, si mejora la productividad, aplicar una subida igual al 90% del IPC para las empresas en perdidas, y para las que tienen beneficios, el 4,45%, un incremento muy superior al sugerido ayer por Rato como deseable para las empresas.

Rato no quiso señalar si los culpables son los sindicatos o los empresarios."Los convenios, como el tango, es una cosa de dos y no se firman solos". Y espera que esta reflexión para la moderación de salarios "dure algunos años". De hecho ayer reconoció que la mayoría de los convenios están ya cerrados (para casi cinco millones de trabajadores de un total de 6,5 millones), y que se han negociado según la previsión inicial de inflación -el 2#Yo-'.

Los sindicatos sostienen que los aumentos que se están pactando son moderados. La UGT respondía ayer al Gobierno que se ha negociado aceptando tina regla de juego tradicional: la referencia es la inflación prevista, sin agotar la productividad. El secretario de comunicación de la central, Antonio Ordóñez, cree que el debate sobre los incrementos salariales es "una campaña orquestada entre el Gobierno y la patronal".

El Consejo de Ministros analizó ayer también las líneas generales del Programa Plurianual de Empleo (1997-2000), que elabora Trabajo junto a varios ministerior, y que prevé aprobar en la primera semana de septiembre.

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