Julio Iglesias no logró llenar en el ininicio de su gira española

Julio Iglesias comenzó su gira española en Valencia, para seguir en días próximos viaje a través de Madrid, Barcelona, Pamplona, Marbella. Con una entrada inferior a la prevista, el cantante gallego, convertido en embajador internacional de la música latina para públicos de gustos diversos, tuvo que sortear también problemas de sonido y desplegar toda su capacidad de seducción para levantar una audiencia que en principio no, se mostró demasiado cálida.

Como nota de color, así como en otro tipo de conciertos se regalan a la entrada revistas musicales, en este caso los asistentes recibían una publicación local de ofertas inmobiliarias. Con un cierto retraso, Julio Iglesias apareció en el escenario para subrayar la importancia de esta gira. "Es un honor para cualquier español volver a su casa enfatizó el cantante entre un bamboleo y el siguiente, como si el que hablara fuera un español cualquiera, en un alarde de modestia de quien hace de su imagen pública un ejercicio de naturalidad y campechanía. Con ese mismo talante, entre un bamboleo y otro se encargó de recordar a los fotógrafos que ya tenían imágenes suficientes. En casa, sí, pero con las exigencias de cualquier estrella internacional.Vestido de blanco inmaculado que destacaba aún más si cabe el moreno de su tez, no pudo evitar ver parte! de los abundantes claros. Buena entrada, pero una cuarta parte de las localidades puestas a la venta (35.000) sin colocar.

En su anterior visita al estadio del Valencia, con ocasión del histórico mitin del Partido Popular en el recinto, cuando la campaña electoral tocaba a su fin, Julio Iglesias estuvo más, si no mejor, arropado.

Ahora ha tenido que ser el propio cantante quien pidiera más entusiasmo cuando sonaban en la parte oeste de]. campo de fútbol los primeros y tímidos "torero, torero" de la noche. Hubo grititos de placer cuando inició la primera tanda de baladas presidida por Hey, e interrumpida por el ritmo caliente de Oye como va, demostración de, que no surtían igual efecto los desmayos vocales de Julio Iglesias en los temas rítmicos que en las canciones románticas, con el sello blando y relamido propio de la casa, si bien la banda que lo acompaña se muestra tan solvente en uno como en otro cometido. No así el sonido, que provocó varios comentarios al respecto del propio cantante, tratando de congratularse al mismo tiempo con una audiencia que no le percibía desde todos los ángulos con la nitidez esperada.

Estilo edulcorado

Encarrilado el concierto, desplegó toda su capacidad para el crossover, para traducir en su trémula voz de edulcorado estilo músicas de diversas procedencias. Desde el repertorio del italiano Lucio Dalla al cancionero norteamericano, desde boleros como Perfidia a algunos de los tangos que recoge su último álbum, y que sólo esporádicamente aparecieron a lo largo del recital. Al final, con parte de la audiencia ya en pie, se desprendió de la chaqueta consumando un gesto que había amagado a lo largo de toda la noche.