Intervencionismo
El Parlament de Cataluña, arrogándose unas facultades que sólo sus señorías conocen y saltándose a la torera algo tan serio como la patria potestad, ha decidido que los menores de 14 años no podrán asistir a las corridas de toros ni al boxeo (sic), ni aun acompañados de sus padres. O sea, la democracia convertida en coartada para legislar prohibiendo. ¿Quiénes son sus señorías para decidir la educación que unos padres quieran dar a sus hijos en un marco lógico de respeto y convivencia? ¿Qué extraña sensibilidad otorga un escaño a quien en él se sienta para que éste perciba lo que los que no tienen ese privilegio ignoran? Al Parlament, que en muchos temas que sí afectan a la realidad social mira hacia otro lado, de golpe le da un ataque de sensibilidad, europeísmo, progresismo... y nos revela a los ignorantes pater familias que por el bien de nuestro hijos y, por ende, por un futuro mejor para la patria, les alejemos, por decreto-ley, de las maléficas artes del boxeo y el toreo, que quedarán para los salvajes españoles. Conmovedor, si no fuera hipócrita.-