Satisfacción en EE UU por la condena a muerte del autor del atentado de Oklahoma

Pocas fisuras había ayer en el mayoritario aplauso de los norteamericanos a la decisión del jurado de Denver de condenar a la muerte por inyección letal a Timothy McVeigh, autor del atentado que el 19 de abril de 1995 destrozó un edificio gubernamental de Oklahoma y causó la muerte a 168 personas. Hasta Bill Clinton expresó indirectamente su aprobación: "Esta investigación y este juicio han confirmado la fe de nuestro país en el sistema de justicia".Entre las pocas voces disidentes se encontraba la de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos, que "lamentaba" que el jurado hubiera preferido la pena capital a la prisión a perpetuidad. McVeigh, de 29 años, fue quizá el único protagonista del caso que no expresó la menor emoción cuando, en la noche del viernes, tras 11 horas de deliberaciones, los siete hombres y cinco mujeres del jurado anunciaron una decisión unánime. El veterano de la guerra del Golfo y militante ultraderechista mantuvo su sempiterna cara de póquer al escuchar la sentencia y, al salir de la sala, dijo al grupo formado por su hermana y sus padres: "Está bien". Los tres familiares del condenado lloraban de dolor.