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EL CAMBIO EN LA ALIANZA ATLÁNTICA

Estados Unidos elige a Hungría, Polonia y República Checa para la ampliación

Estados Unidos decidió ayer en solitario cuáles serán los próximos miembros de la Alianza Atlántica. Sin tomar en cuenta la opinión de los europeos, la Casa Blanca dejó claro que Hungría, Polonia y la República Checa serán los únicos países invitados a sumarse a la OTAN en la cumbre de Madrid del 8 y 9 de julio. El presidente norteamericano, Bill Clinton, según fuentes estadounidenses, puso con toda crudeza sus cartas sobre la mesa para atajar las campañas de algunos países europeos a favor de las candidaturas de Rumanía y Eslovenia. De momento, pues no habrá otras admisiones al club.

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En una declaración en la Casa Blanca, Mike McCurry, portavoz de la presidencia norteamericana, explicitó oficialmente que Washington sólo apadrina actualmente las candidaturas de húngaros, polacos y checos. McCurry dijo: "Es evidente que hay otros candidatos -Rumanía y Eslovenia están claramente en pista-, pero en opinión de Estados Unidos les beneficiará tener más tiempo para desarrollar plenamente sus capacidades dentro del programa Alianza para la Paz"."Seguimos favoreciendo añadió, "una política de puertas abiertas respecto a la pertenencia a la OTAN. Ninguna candidatura debe ser excluida y está ronda no debe ser considerada como la última ronda de admisiones".

Esta posición de Estados Unidos es "firme", subrayó McCurry. Preguntado sobre si algún otro miembro de la Alianza Atlántica puede hacer cambiar de idea a los norteamericanos, el portavozde la Casa Blanca respondió: "Eso no es probable". El mensaje estaba claro como el agua: los franceses y alemanes pueden seguir haciendo campaña a favor de Rumanía y los italianos a favor de Eslovenia, pero eso no cambiará las cosas.

Seguir trabajando

Fuentes diplomáticas norteamericanas citadas por la agencia Reuter precisaron que Rumanía "debe seguir trabajando en su democratización política, liberalización económica y reforma antes de ser un serio candidato a la pertenencia a la Alianza. Esas mismas fuentes añadieron que William Cohen estaba en Bruselas informando a Javier Solana de la posición esta dounidense, y que "ahora le toca al secretario general de la OTAN construir un consenso antes de la cumbre de Madrid".Según los norteamericanos, limitar la ampliación a los tres países apadrinados por ellos "mantendrá la fortaleza" de la Alianza, mientras que incluir a alguno más supondrá "intentar digerir más de lo que podemos".

Además de las estratégicas, razones internas de orden económico y político motivan la decisión de Clinton. Los norteamericanos calculan que la expansión de la Alianza a tan sólo tres países costará en los próximos doce años un mínimo de 35.000 millones de dólares, de los que una buena parte saldrá de las arcas de Estados Unidos. Por otra parte, Clinton tendrá que convencer a un Congreso dominado por los republicanos para que ratifique la ampliación, una tarea complicada de por sí, pero más aún si los nuevos miembros son muchos.

La ampliación al Este de Europa de la Alianza Atlántica fue el único compromiso concreto en materia exterior adoptado por Clinton durante la campaña que le condujo a su reelección. La Casa Blanca afirmó entonces que ése es uno de los legados que el presidente quiere dejar para la historia, sus críticos afirmaron que tan sólo quería ganar los votos de las comunidades polaca y checa. En cualquier caso, el proceso ha funcionado hasta el momento -incluida la aceptación a regañadientes de Rusia- de manera impecable para el presidente norteamericano.

La Casa Blanca y el Departamento de Estado estaban convencidos ayer de que también esta nueva demostración de firmeza conseguirá sus objetivo sin demasiado daño para sus intereses. El canciller Helmut Kohl, dijeron fuentes norteamericanas, terminará "adoptando en Madrid la posición del presidente Clinton", pese a que ahora defiende la candidatura de Rumanía.

Clinton, según sus colaboradores, quiso ayer evitar ser acusado de imponer arrogantemente su punto de vista a los otros 15 miembros de la Alianza Atlántica, y por ello no lo anunció personalmente, sino que encargó esa tarea a su portavoz McCurry. Sin embargo, este último, con su frase respecto a la firmeza de la posición norteamericana -"no es probable" que Clinton cambie de opinión-, no dejo la menor duda respecto a que Solana debe encargarse ahora de hacerla digerible a los otros socios.

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