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Interior atribuye a ETA el envío de un paquete bomba a un empresario burgalés

El Ministerio del Interior atribuyó ayer a ETA el envío de un paquete bomba al domicilio particular de José Luis Azpitarte, un empresario de Burgos que ya había recibido con anterioridad varias amenazas falsas en la sede de su empresa, Aguas Santolín. El explosivo, que fue desactivado por artificieros de la Guardia Civil, estaba compuesto por 30 gramos de cordón detonante oculto en un ejemplar de El Cantar del Mío Cid.

Azpitarte aseguró anoche, a través de un comunicado, que "personalmente" nunca ha "recibido amenazas" y que desconoce la "relación que pueda existir" entre las empresas en las que participa y el atentado que se produjo ayer en su domicilio.El sobre que contenía el explosivo fue abierto por uno de los hijos del empresario, que resultó ileso al darse cuenta a tiempo de una doblez sospechosa en una esquina del libro. Fuentes próximas a la investigación detallaron que el sobre que contenía el libro no llamaba la atención al ser de pequeñas dimensiones: 188 milímetros de alto, 127 de ancho y 15 de grosor. El libro estaba hueco y contenía un paquete de macarrones vacío donde se encontraba el explosivo. El artefacto, que el subdelegado del Gobierno ha descrito como "de tipo muy sencillo y casero", estaba formado por unos 30 gramos de pentrita conectados a un detonador eléctrico alimentado por una pila y apoyado por un cordón detonante.

Alertada la Guardia Civil -que ya había acudido en ocasiones anteriores a la sede de la empresa familiar, en Quintana-Urría-, se desalojaron las plantas cuarta y quinta del inmueble número 2 de la calle del General Yagüe, donde reside el empresario. La Policía Nacional acordonó la zona desde poco después de las tres de la tarde hasta que en tomo a las cinco menos veinte un equipo de desactivación de la Guardia Civil logró desactivar el artefacto en un balcón de la propia vivienda.

Aunque el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, declaró a Europa Press que "se confirma que ETA está siempre presente y es una pesadilla para todos los españoles", fuentes de la Investigación dijeron anoche a este periódico que las sospechas se decantan en "un 50% hacia la banda terrorista y en otro 50% a otras personas o grupos delictivos". "Lo único importante", agregó el ministro, "es que podemos alegramos de que ha sido un intento fallido, y de que no ha habido consecuencias trágicas".

José Luis Azpitarte es accionista de varias empresas y presidente de Aguas Santolín, una factoría dedicada a la extracción y comercialización de agua embotellada que se encuentra al norte de la capital burgalesa, en Quintana-Urría. El envío fue realizado a través Correos Express, y en el sobre sólo figuraban escritos a máquina los dos apellidos del empresario.

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