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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

El debate parlamentario concluye en un tono de consenso y enfrentamiento constructivo

La crispación ha muerto. Así lo certificó ayer, formalmente, el Congreso de los Diputados. No sólo porque se aprobasen 47 resoluciones para realizar peticiones al Gobierno (56 si se contabilizan apartados de algunas de ellas) del conjunto de los grupos parlamentarios, sino porque los portavoces de las principales fuerzas políticas expresaron su convencimiento, dentro y fuera de la tribuna del hemiciclo, de que había merecido la pena el esfuerzo por mantener en estas 48 horas de debate un tono de enfrentamiento político constructivo alejado de la tensión de las últimas semanas.

Joaquín Almunia no tuvo inconveniente en reconocer en su intervención ante el pleno que "el presidente del Gobierno ha ofrecido diálogo" y que les ha llamado "a la tarea de colaborar y participar". La respuesta, por supuesto, fue que aceptan la invitación. Pero no todo fue versallesco. Concluido el debate, el propio Almunia declaró que cuando el Gobierno "deja mudo a Cascos", baja el tono y la crispación desaparece.Antes, en la tribuna, había imputado la crispación al Ejecutivo e intentó una teoría del porqué el Gobierno "emplea tonos distintos, según las ocasiones". Se felicitó de que Aznar asumiese todos los esfuerzos de consenso hechos desde el 15 de junio de 1977, pero lamentó que eso contrastase con el "catastrofismo del antes y el después del 3 de marzo de 1996", es decir, de la fecha de las elecciones con las que el PP consiguió llegar al Gobierno.

Gabriel Cisneros, en nombre del Grupo Popular, restó importancia a la crispación denunciada por los socialistas y la calificó como un simple aumento de "grados de temperatura" política. En esa misma dirección, por la mañana, el portavoz popular, Luis de Grandes, había reprochado al PSOE que hablase de tensión o de agresión a las libertades cuando ve derrotadas iniciativas suyas en el Parlamento.

La conclusión práctica de este debate sobre la crispación fue que se rechazó una propuesta del grupo socialista en la que se pedía al Gobierno que adecuase su actuación "a los valores de la tolerancia, el diálogo, el respeto al papel de la oposición y a la defensa de los intereses generales".

Frente al Gobierno, fue Izquierda Unida quien ayer volvió a exteriorizar mayores discrepancias, de forma que Rosa Aguilar, a la hora de presentar sus resoluciones, descalificó casi globalmente la actuación del PP durante el debate del estado de la nación. Acusó a Aznar de actuar "de la mano de Alemania" y de mantener Ias posiciones más reaccionarias de la UE".

Además, la portavoz de IU aseguró que Aznar, en su intervención del miércoles "solemnizó en el debate del estado de la nación -el punto y final a todo lo ocurrido en torno a los GAL, corrupción o fondos reservados". Todo ello le sirvió para mantener, en línea con Julio Anguita, su obsesión por calificarse como distintos a todos los demás: "Somos la única fuerza que enarbola la bandera de la limpieza en la vida pública".

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Ese prurito de singularidad no impidió que en las votaciones apoyasen una buena parte de las propuestas socialistas y que desde este grupo se -actuara en correspondencia. Propuestas, todas ellas, que no son vinculantes para el Ejecutivo sino que sólo le "instan" a tenerlas en cuenta en su acción de Gobierno.

Consenso en cifras

Al final, si el consenso puede entenderse en cifras podría resumirse en que de las 47 proposiciones aprobadas, 24 obtuvieron la práctica unanimidad de la Cámara y se aprobaron con los votos de todos o con la negativa de algún diputado del Grupo Mixto o de Izquierda Unida.Tres propuestas de resolución obtuvieron el favor de los 335 diputados que estaban presentes en las votaciones. Una de ellas tiene alcance político-moral al rechazar y condenar los últimos atentados de ETA y los secuestros de José Ortega Lara y Cosme Delclaux.

Otra propuesta socialista -que pide enviar un informe anual al Congreso sobre la distribución de la renta personal y territorial y sus variaciones, así como mantener durante la legislatura el porcentaje global del PIB (Producto Interior Bruto) en los gastos de sanidad, educación, vivienda, pensiones y protección por desempleo- también fue votada unánimemente.

Una tercera, que fue propuesta por la Comunidad Valenciana, y que sin duda tiene relevancia para esa comunidad, pide al Gobierno, con la misma fuerza unánime de los 335 votos, que apruebe "un plan estatal de lucha contra la enfermedad de la tristeza de los cítricos".

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