Yeltsin y los altos dirigentes rusos hacen públicos sus ingresos y patrimonio

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y los altos dirigentes del país han comenzado a divulgar los datos de sus ingresos y patrimonio en el marco de la última campana contra la corrupción del Kremlin. Por la infravaloración de las propiedades inmobiliarias, las lagunas informativas y las contradicciones, los primeros datos están lejos de reflejar la realidad. Sin embargo, la discusión pública provocada por las declaraciones de renta y patrimonio de los altos cargos supone un paso hacia la normalización fiscal, ya que, por primera vez, los ciudadanos rusos pueden ver si cuadran los números de los poderosos.Hasta ayer cinco altos funcionarios habían revelado su situación financiera y patrimonial de 1996. El primero fue Yeltsin, que se sometía así al decreto que él mismo promulgó el 15 de mayo pasado. Según los datos oficiales, Yeltsin y su esposa Naína tienen un piso y una dacha de 323 y 452 metros cuadrados respectivamente, un terreno de cuatro hectáreas y un coche alemán. El presidente valora sus propiedades en algo más de 206.000 dólares (unos 30 millones de pesetas), cantidad inferior a los precios de mercado de un patrimonio como el suyo. En las zonas residenciales de Moscú y su provincia que habita el presidente, el metro cuadrado de vivienda urbana cuesta por lo menos 1.100 dólares y la hectárea 500.000 dólares, según Nóvaia Gazeta, uno de los periódicos que analizan críticamente la declaración fiscal del líder. Sin embargo, el general Alexandr Deméntiev, jefe de la sección de delitos económicos de la policía, considera "incorrecto" comprobar la declaración de Yeltsin y aconseja "creer" en su palabra.

Yeltsin gana 10 millones de rublos al mes o el equivalente a unas 250.000 pesetas, y en 1996 obtuvo algo más de 61 millones de pesetas, que proceden en parte de los beneficios de su último libro y los intereses de estos beneficios. El presidente dijo tener una cuenta bancaria, pero no indicó cual es su saldo. Tampoco mencionó el préstamo que, según dijo recientemente durante la visita a una escuela, tuvo que pedir para comprar su dachita como llama a la casa de campo de más de 400 metros cuadrados, y su coche.