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Un centro holandés devuelve el dinero al estudiante que no consiga trabajo

La oferta debe recibirla el alumno antes de cinco meses

La Escuela de Estudios Económicos de Rotterdam, un centro público holandés que imparte estudios de grado medio, se ha atrevido con lo que parece, imposible. En septiembre del próximo curso, todos los estudiantes que se matriculen en primero recibirán por escrito la garantía de que al final de sus cuatro años van a encontrar un trabajo. Si no reciben una oferta interesante en el plazo de cinco meses, la escuela se compromete a devolverles todo el dinero de las matrículas de sus años de estudio.La garantía es, en realidad, un contrato que se ofrece a firmar a todos los estudiantes que comienzan y que pone muy pocas condiciones. De buenas calificaciones no se habla nada. "Prácticamente, el único requisito es que se matriculen a tiempo completo y finalicen sus estudios sin perder cursos, en cuatro años", explica Caroline Schep, portavoz de la escuela, para quien es fundamental que el estudiante recupere la confianza en sus posibilidades laborales.

El centro imparte enseñanza de economía en sus diferentes ramas -contabilidad, empresariales, informática comercial, logística y derecho laboral-, con la orientación hacia la obtención de un puesto de dirección de grado medio.

La oferta se atreve con el no va más. "Un trabajo que se corresponda con lo que han estudiado y, dentro de lo que cabe, con los deseos del recién titulado", dice Schep. La búsqueda laboral para los aproximadamente 500 estudiantes que se diploman cada año se deja en manos de la mayor compañía de selección de personal y contratación del país.

La oferta no puede incluir, de acuerdo con lo prometido, ningún contrato basura: nada de trabajos temporales o a tiempo parcial. El trabajo debe estar dentro de los cánones laborales en Holanda, lo que se traduce en un contrato anual, como mínimo, que casi siempre incluye un periodo de prueba entre uno y seis meses. "El estudiante sólo recibe una oferta. Si se corresponde con su rama, entra dentro de las condiciones razonables y lo rechaza, pierde el derecho a otra oportunidad", asegura Schep.

A pesar de que un 95% de los estudiantes de la escuela -que no tiene más requisitos de admisión que los habituales en el país- ha encontrado trabajo en los últimos años, la propuesta no deja de ser un reto. Las cifras de paro en Holanda, de aproximadamente un 6%, están decreciendo, pero, según las últimas cifras de la Oficina Central de Estadística, entre los que han realizado estudios son precisamente los diplomados en las ramas de economía los que más tiempo tardan en encontrar un trabajo: en 1996, la media de búsqueda se cifró en poco más de un año.

Con la ayuda de la empresa de contratación, la escuela está segura de poder reducir los plazos y dispuesta, en caso contrario, a devolver en efectivo las más de 750.000 pesetas que cuestan al estudiante los cuatro años de matrícula.

Para facilitar la incorporación a la vida laboral, y la combinación entre teoría y práctica, la compañía instalará una oficina en la misma escuela y preparará a los estudiantes con trabajos en vacaciones, empleos a tiempo parcial combinados con los estudios y periodos en prácticas.

La escuela se atreve con la oferta para los próximos cinco años. "La promoción que comience en el año 2002 tiene la oferta asegurada; si se prolonga más, ya se verá", dice Schep.

La razón es sencilla: la situación del mercado laboral y las perspectivas de recuperación económica permiten asegurar la situación a medio plazo, pero no mucho más allá.

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