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PP y PSOE vaticinan un duelo sin concesiones entre Aznar y González en el debate de la nación

Luis R. Aizpeolea

El PP y el PSOE vaticinan un duelo sin concesiones entre José María Aznar y Felipe González en el debate sobre el estado de la nación que se inicia el miércoles. Aznar tratará de aislar el discurso crítico de González sobre el estilo de gobierno del PP, que los socialistas califican de, "autoritario" y para ello cuenta con la complicidad. de sus aliados nacionalistas, satisfechos por haber cubierto en las últimas semanas los aspectos más sustanciales de sus pactos. El propio Julio Anguita tampoco atacará a fondo al Gobierno; sólo criticará aspectos de su política económica y europea.

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El jefe del Ejecutivo pretende recuperar el consenso en asuntos de Estado

El portavoz del Gobierno, Miguel Angel Rodríguez, calificó de animosa", el pasado viernes, la situación en que se encuentra Aznar para afrontar el debate sobre el estado de la nación. No es de extrañar. Aznar ha preparado bien el terreno para su primer debate de este tipo como presidente del Gobierno.Aznar ha tratado de mantenerse al margen de los duros enfrentamientos cruzados en las últimas semanas entre el PP y el PSOE, como los GAL, la denominada por el PP "amnistía fiscal" o la "guerra digital". Han sido su vicepresidente político, Francisco Alvarez Cascos; su portavoz, Rodríguez, e incluso su ' vicepresidente económico, Rodrigo Rato, quienes han llevado el peso de la pelea contra el líder socialista, contra el empresario Antonio Asensio o contra los portavoces del PSOE en la comisión de Economía.

Aznar ha recuperado el apoyo de sus aliados nacionalistas de CIU y el PNV con el cumplimiento, en fechas muy próximas al debate, de los aspectos más relevantes de los pactos de investidura suscritos hace un año. En el caso del PNV, con el cierre de la negociación del Concierto y el Cupo vascos. En el caso de CiU, con el traspaso del Tráfico y el Inem, y con la financiación de la Sanidad a punto de cerrarse.

Aznar va a vender la buena marcha de España en el cumplimiento de los requisitos de Maastricht, la recuperación económica y el acuerdo alcanzado con los sindicatos sobre la reforma laboral, así como la estabilidad política por el cumplimiento de los pactos con los nacionalistas.

El presidente tratará de aislar a González, sobre todo cuando el líder socialista intente lanzar el mensaje del retroceso en las libertades y el estilo autoritario del Gobierno de Aznar por su intervención en los medios de comunicación, en el nombramiento del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y en la revisión del pasado con asuntos como la presunta amnistía fiscal o los GAL. El discurso crítico de González se completará con su preocupación por la cohesión territorial de España, por el nuevo modelo de financiación autonómica o el proceso de privatización encubierta en Sanidad y Educación.

Aznar pretende situarse por encima de la polémica con la presentación de un balance en positivo de su ejecutoria, y tratará de responsabilizar a González de la crispación política, a la que el presidente del Gobierno pretende no conceder importancia ni alcance social. Aznar cuenta con que ni Anguita ni el PNV comparten el punto de vista de González sobre el retroceso de las libertades en España.

Sólo el portavoz de CiU, Joaquim Molins, precisamente su principal soporte parlamentario, mostrará algunos flancos críticos hacia el Gobierno. Molins pintará lo que él mismo denomina "ubarrones" en aspectos "no pactados" con el Gobierno, como la ley del fútbol, la situación de la Justicia y el recurso del Ejecutivo de completar con IU sus desacuerdos.

No obstante, Molins hará un balance globalmente positivo de su relación con el Gobierno y destacará los logros en el acercamiento a los parámetros europeos, la recuperación económica y el cumplimiento de los aspectos más sustanciales en materia autonómica.

Iñaki Anasagasti, del PNV, también hará un balance positiv de su pacto con el Gobiern. El líder nacionalista está satisfecho por haber logrado el último año una modificación del Concierto Económico y del Cupo, que permite al País Vasco una enorme autonomía fiscal y ha resuelto viejas cuestiones como la devolución del patrimonio del PNV. Aprovechará el debate para reclamar la "segunda fase del pacto", esto es, el desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika y tratará de pasar desapercibido en las "polémicas madrileñas".

Julio Anguita criticará aspectos puntuales de la política económica y europea del Gobierno, precisamente los más coincidente con el PSOE, y tratará de defenderse de las críticas de realizarle la "pinza" a los socialistas en complicidad con el PP.

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