El peligro de las drogas de diseño está en su toxicidad y no en la adicción, según los expertos
La tendencia en el consumo de drogas en España sigue imparable, escorándose hacia el policonsumo a base de alcohol, hachís y drogas de síntesis, en detrimento de la heroína y cocaína. Este patrón, confirmado ayer por el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, requerirá, en su opinión, un cambio futuro en el sistema asistencial dirigido a la deshabituación. Los científicos matizan, no obstante, que hoy por hoy el verdadero problema de las llamadas sustancias de diseño, todas ellas derivados anfetamínicos, son sus efectos tóxicos, ya que no provocan adicción."Con la información de que disponemos actualmente, el término dependencia no es un término aceptable para las drogas anfetamínicas", aseguró ayer Luis Sanz, investigador del complejo sanitario Benito Menni de Barcelona, en un simposio sobre toxicomanías celebrado en el Instituto de neurobiología Ramón y Cajal. "Que no se entienda con ello que estas drogas están exentas de efectos nocivos", matizó. "Presentan otro tipo de problemas relacionados con su toxicidad como son los accidentes y los efectos orgánicos".
"Hay muchas lagunas todavía a la hora de cuantificar el problema sanitario que originan", admitió Sanz. "Estamos en una etapa muy incipiente de conocimiento. Los, efectos de estas drogas hay que evaluarlos en el contexto, primero de la propia naturaleza de la sustancia; segundo en quién las consume y tercero, en qué circunstancias se consumen", explicó.
El mensaje final de Sanz, por tanto, es que en estos momentos sobre el consumo de drogas de diseño, "hay que actuar con cautela. No caer en el alarmismo innecesario ni tampoco en el extremo opuesto.
Respecto a las drogas tradicionales, los científicos han podido averiguar dónde actúan y qué cambios provocan a nivel cerebral. Pero aún no saben por qué mecanismos. Varias investigaciones, como se puso de relieve en el simposio, están utilizando animales transgénicos para, aprovechando las técnicas de la biología molecular, identificar las llaves celulares de la adicción.
