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Bánzer, favorito en los comicios de hoy en Bolivia

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIALEn un país donde las necesarias alianzas poselectorales pueden deparar sorpresas, el general retirado Hugo Bánzer sueña con ser el próximo presidente de Bolivia con el refrendo de la mayoría de sus 3.200.000 compatriotas con derecho al voto en los comicios de hoy. Bánzer, dictador entre 1971 y 1978, y líder de la conservadora Acción Democrática Nacionalista (ADN), aventaja a los otros nueve candidatos a la jefatura del Gobierno en una consulta que decidirá sobre la vicepresidencia, 130 diputados y 27 senadores.

Una pobreza que afecta casi al 70% de los casi ocho millones de bolivianos, la sucesión de golpes militares, los inmensos contrastes sociales y el cultivo de la coca, marcaron la historia de una nación donde, por décadas, una minoría oligárquica explotó a la gran masa de campesinos indios.De acuerdo con la encuestadora Fides, Hugo Bánzer Suárez, recibirá el 23,8% de los votos; Jaime Paz Zamora, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el 16,21%, y Juan Carlos Durán, del gubernamental Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), el 16,19%. Si ningún candidato logra el 50% de los votos más uno, será el Parlamento quien elija al presidente.

Los nuevos cargos bolivianos, incluido el presidente, serán elegidos para un periodo de cinco años, uno más que hasta ahora. Los cerca de 3.000 aspirantes a los diferentes puestos prometieron una guerra sin cuartel contra la pobreza y la miseria: desde un liberalismo de grandes capitales, aplicado por el oficialismo; un liberalismo más nacionalista, atenuado, propuesto por ADN, y MIR, o desde el populismo, o el estatalismo a ultranza.

Las acusaciones de "narcovínculos" cruzadas entre los 10 candidatos durante la campaña, se mezclaron con las denuncias del general Bánzer, Paz Zamora, Loza o la extrema izquierda contra el modelo de privatización ejecutado por el Gobierno. En los últimos cuatro años, el presidente saliente, Gonzalo Sánchez de Lozada, privatizó el 50% de los ferrocarriles nacionales, petróleo, telecomunicaciones, electricidad y la línea aérea. También modificó la seguridad social y creó administradoras de fondos de pensiones. La concesión de los ferrocarriles a una empresa de Chile, con quien no hay relaciones diplomáticas y al que se reclama una salida al mar, irritó a la mayoría de los partidos de la oposición y a parte de la opinión pública.

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