El encuentro entre el Sinn Fein y el Gobierno británico termina sin acuerdo
El primer encuentro de una delegación del Sinn Fein, partido que representa al IRA en la escena política, con funcionarios británicos desde la ruptura de la tregua de los provisionales, en febrero de 1996, se saldó ayer sin acuerdos, en el castillo de Stormont en Belfast. Martin McGuinness, número dos del partido republicano, reconoció que "es demasiado pronto" para saber si se han superado las diferencias que mantienen ambas partes en lo referente al proceso de paz en la provincia. La entrevista, que tendrá continuación al menos en un segundo encuentro, sirvió para poner en marcha de nuevo todo el proceso, según la ministra para Irlanda del Norte, Mo Mowlan.Se trataba de una ocasión en cierto modo histórica, pues Londres suspendió los contactos con los republicanos desde la bomba en los Docklands el 9 de febrero de 1996. Con esta reunión, celebrada apenas cinco días después de que el primer ministro, Tony Blair, prometiera en la capital norirlandesa la reanudación de estos contactos, demuestra hasta qué punto el Gobierno británico está decidido a rescatar el proceso de paz de su actual situación de estancamiento.
Aunque Blair no exigió -al contrario que el anterior Gobierno- una tregua de los provisionales previa a estos contactos preparatorios, sí los condicionó al mantenimiento de una ausencia de actividad terrorista del IRA. Es decir, a la tregua de facto que el IRA ha mantenido desde hace tres semanas.
Traslado de presos
Otro síntoma positivo de la actitud adoptada por el Gobierno laborista hacia el sector Sinn Fein / IRA fue la decisión anunciada ayer por el nuevo responsable de Interior, Jack Straw, de trasladar a dos presos del IRA, Danny McNamee y Liam Cotter, detenidos en cárceles británicas, a la prisión de Maghaberry, en Irlanda del Norte. La decisión fue calificada de "un importante paso adelante", en el restablecimiento de un nuevo clima negociador, por el viceprimer ministro irlandés, Dick Spring.En la agenda del encuentro celebrado en las dependencias del Ministerio de Irlanda del Norte apenas se esbozaron los aspectos prioritarios de estas conversaciones preliminares. De un lado, el Gobierno británico, representado en esta ocasión por el director político de la Oficina de Irlanda del Norte, Quentin Thomas, desea conocer de primera mano si el movimiento republicano está comprometido de verdad con el cese de la violencia, en otras palabras, si existe la posibilidad de que el IRA anuncie una tregua definitiva.
Los republicanos, dirigidos por McGuinness, necesitan saber, por otra parte, si esa tregua les conducirá inmediatamente a la mesa negociadora sobre el futuro de Irlanda del Norte que se convocó hace casi un año y en la que participan, además de representantes de Londres y Dublín, nueve partidos del Ulster.
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