El fiscal general de Turquía abre un proceso para ilegalizar el partido islamista del primer ministro
Pocas horas después de que el Gobierno del islamista Necmettin Erbakan superara por apenas seis votos de ventaja una moción de censura de la oposición laica en el parlamento, el fiscal del Tribunal Supremo e Turquía, Vural Savas, convocaba ayer a a prensa para anunciar la apertura de un proceso ante el Tribunal Constitucional para ilegalizar al Partido del Bienestar (Refah) del primer ministro. "No hay duda de que el Refah está en el centro de los actos que atentan contra los principios laicos de a Constitución y quiere llevar al país a la guerra civil", advirtió Savas.
"No me importa el número de militantes que tenga el Refah, pero mientras yo sea fiscal no toleraré que el integrismo, el separatismo, el fascismo o el comunismo destruyan al país. La república fundada por Mustafá Keinal, Atatürk, vivirá para siempre, a pesar de los traidores", proclamó Savas, quien también pidió a los directores de los periódicos turcos que publiquen íntegramente las 18 páginas del acta de acusación."El remedio sería peor que la enfermedad", comentó ayer un diplomático occidental en Ankara, que recordó que los dos millones de militantes del Refah podrían sembrar el caos en Turquía, que cuenta en la actualidad con 63 millones de habitantes.
Desde 1983, tres años después del último golpe de Estado militar, el Tribunal Constitucional ha disuelto 13 partidos, la mayoría representantes de la minoría kurda que habita en el sureste del país, pero ésta es; la primera ocasión en la historia de la moderna Turquía en que se plantea la ilegalización de un partido del Gobierno.
Los artículos 68 y 69 de la vigente Constitución turca prescriben que "los programas y las actividades de los partidos políticos no deben ser incompatibles con los principios democráticos y laicos del Estado
. El primer ministro turco minimizó ayer la denuncia del fiscal del Supremo. "No tiene nada que ver con la realidad. El Refah es el partido más importante del país y representa una garantía para un auténtico laicismo", declaró Erbakan tras conocer el contenido de la acusación.
Desde que el pasado 28 de febrero los mandos militares de Ankara lanzaran una seria advertencia contra el islamista Erbakan -que gobierna en coalición con la conservadora y prooccidental Tansu Çiller, del Partido de la Recta Vía-, la presión castrense para hacer caer al Ejecutivo no ha hecho más que aumentar. A una semana de la próxima reunión del Consejo de Seguridad Nacional (órgano constitucional mixto de los poderes civil y militar), el anuncio del fiscal del Tribunal Supremo hace presagiar un agravamiento de la crisis política en Turquía.
Amenaza militar
La amenaza de una nueva intervención militar -después de tres golpes de Estado en los últimos 37 años- planea sobre las instituciones de Ankara. "Los grupos económicos e intelectuales laicos se han aliado con los militares para echar del poder al Refah. a cualquier precio", explica un observador occidental en la capital turca, "y si los procedimientos parlamentarios no lo permiten, no sería de extrañar que se recurra a otros medios".La oposición turca fracasó el martes en su cuarto intento de derribar al Gobierno desde que llegó al poder, hace 11 meses. La coalición de Erbakan y Çiller superó por 271 votos frente a 265 la moción de censura, gracias al apoyo de los seis diputados del ultraderechista Partido de la Gran Unidad. Mesut Yilmaz, líder del conservador Partido de la Madre Patria (ANAP), el más importante de la oposición, recordó al Gobierno que había perdido la mayoría tras la fuga de una docena de parlamentarios del Partido de la Recta Vía.
Yilmaz puso el dedo en la llaga cuando aseguró que el Ejército no informó hace ocho días al Gobierno de la operación militar lanzada en el norte de Irak "Un Gobierno que no sabe nada de lo que sus tropas hacen en el extranjero debe dimitir", proclamó el líder de ANAP, mientras en la Cámara estallaba una trifulca entre diputados del Gobierno y de la oposición.Mientras, el Ejército turco prosigue su operación contra la guerrilla independentista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en la que dice haber abatido a 1.300 milicianos en el norte de Irak. Fuentes de la oposición al régimen de Sadam Husein aseguraban ayer desde Londres que Irak, Irán y Siria están concentrando tropas en torno a la zona donde se ha producido la incursión de Turquía.
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