Tres libros libres
"Del contacto purificador de la naturaleza surgen la expansión de la fantasía, el ennoblecimiento de las emociones, la dilatación del horizonte intelectual, la dignidad de nuestros gustos y el amor a las cosas morales". Esta frase de Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza y maestro, vigente todavía de buena parte de nuestros más completos intelectuales, es uno de los aspectos recogidos por Santos Casado de Otaola en su libro Primeros pasos de la ecología en España, editado por el Ministerio de Agricultura y la Residencia de Estudiantes.Este excelente trabajo de investigación histórica se centra en los pioneros de la disciplina que hoy se ha democratizado hasta llegar a ser el común denominador de aspectos cruciales de la política, la cultura y la sociedad. Aporta una ingente información sobre los logros de quienes iniciaron una trayectoria en el campo de la ecología. Ciencia que actualmente cuenta con figuras tan destacadas como el desaparecido Fernando González Bernáldez o Ramón Margaleff, Francisco Díaz Pineda, Antonio Machado Carrillo, Ramón Folch, Carlos Herrera Maliani... lista a la que va a incorporarse muy pronto el autor de este libro. En él nos recuerda la formidable contribución de injustamente desconocidos como Odón de Buen, Celso Arévalo, Luis Pardo, Emilio H. del Villar, José Cuatrecasas o Eduardo Hernández Pacheco. Es decir, que contamos con antecedentes tan intensos como lúcidos. Libro por tanto que contribuye a una menta lidad mejor amueblada y reparadora de tanta inconsecuencia como la que nos regala la actual competitividad exacerbada. No poca mana de algunos ecólogos, políticos y res ponsables de medios de comunicación especialmente aleja dos del contenido de la frase de Giner de los Ríos que encabeza estas líneas. Nuestro futuro robado está editado por Ecoespaña y escrito por un trío de investigadores de primera fila: Theo Coldorn, John Peterson Myers y Dianne Dumanoski, obra que retorna, justo en el punto que la dejó, la extremecedora contribución de La primavera silenciosa de Raquel Carson, primer gran hito de la conciencia ambiental en el mundo. Ahora se aborda, con muchísimos más datos, el análisis actualizado de la acelerada destrucción de lo viviente provocada por la marejada de productos químicos. Lo primero que se demuestra es que éstos son demasiados, excesivamente letales y que están invadiendo hasta los últimos rincones del planeta y de nuestros organismos. Porque la gran novedad del libro proviene de que todavía más grave que la mutación o el poder cancerígeno de los casi 100.000 tóxicos universales y cotidianos que genera la sociedad del consumo, es la alteración de las hormonas, es decir, del principal lenguaje de la vida y de su continuidad. Esta contaminación casi invisible, afirman los autores, genera una enorme desinformación porque destruye los mensajes químicos entre el sistema nervioso de los animales y las plantas y sus principales órganos. La conclusión no puede resultar más inquietante: la reproducción de las especies, sobre todo la nuestra, la misma inteligencia y en consecuencia la multiplicidad natural y cultural están amenazadas por la química sintética.
Esta misma semana, Greenpeace ha presentado en Madrid su libro del agua. Oportunísimo desde el momento en que el anteproyecto de la nueva Ley del Agua del actual Gobierno se está comenzando a vislumbrar tras múltiples titubeos. Se trata de otra excelente aportación llena de rigor gracias al trabajo de Klaus Lanz y Juantxu de Urralde. En ella queda desenmascaradas las consecuencias de la progresiva y peligrosísima privatización del agua. No menos la incongruencia de determinadas nuevas obras hidráulicas y la escasa apuesta por una mayor gestión y comprensión del elemento más imprescindible para la vida y para el desarrollo económico. Amanecen pues tres buenos libros, libres de todo interés personal, con los que al menos la sed de sensated cuenta con unos pocos sorbos para paliar la actual y creciente erialización de las sensibilidades y de los paisajes.
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