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Preparativos en Moncloa

El ambiente de los preparativos se adivina desbordante. Según el dicho popular, las fiestas se conocen por sus vísperas y el próximo jueves 22, a las seis de la tarde, el secretario general del PSOE, Felipe González, será recibido en la Moncloa por el presidente del Gobierno, José María Aznar. Los manuales coinciden en que las operaciones bélicas sólo se inician después de una adecuada preparación artillera y de haberse garantizado la superioridad aérea en la zona. El primer turno ambiental correspondió al vicepresidente Francisco Álvarez Cascos, quien tomó el atajo de Radio Nacional de España para saltar con agilidad por encima de los procedimientos judiciales en curso y concluir anticipadamente que el cerebro de los 27 asesinatos de los GAL es Felipe González. Así que ahí queda eso, para que luego los inconformistas de siempre vengan con quejas aduciendo que Aznar y el PP ningunean a González y le regatean el reconocimiento de los logros de una etapa de casi 14 años de Gobierno.Algunos tratan de empañar tan limpia, generosa e imparcial conclusión sobre el cerebro de los GAL, establecida por el vicepresidente Álvarez Cascos con el rigor y la objetividad que le caracterizan, y pretenden aducir que su enunciado descalifica a un adversario político prejuzgándole. Pero, como dice el propio vicepresidente interesado, se trata de un mero reconocimiento de la realidad ajeno por completo al proceder sectario y ventajista utilizado por el PSOE cuando se encontraba en el Gobierno. Contentos y agradecidos deberían estar los socialistas con Álvarez Cascos, que hubiera podido recordarles que son el partido de Roldán, de Filesa, de los fondos reservados, de los papeles del Cesid, de las comisiones del AVE y suma y sigue. Todo ha sido inútil. Una vez más se ha visto que los del PSOE son unos rencorosos. Por eso conviene ponderar cómo, sin arredrarse, desde las filas del Gobierno y del PP han seguido prodigándose nuevos cariños para preparar el ánimo del huésped del próximo jueves.,

Así que Miguel Angel Rodríguez, secretario de Estado para la Comunicación y para otros menesteres conexos, se valió de la conferencia de prensa tras el último Consejo de Ministros para atacar al PSOE, según informa La Vanguardia. Escribe el diario catalán cómo después de algunos ejercicios propagandísticos propios de su cargo ponderando el envidiable clima económico y político que atraviesa el país, Rodríguez atribuyó la tensión medioambiental a provocaciones de los socialistas, incapaces de soportar el peso de sus escándalos, y luego contrapuso los vistosos compromisos internacionales de Aznar con la "agenda judicial terrorífica" de González. Añádase a todo lo anterior el fuego a discreción en otros frentes, como el de la Comisión Constitucional, donde el PP ha contado con los votos ancilares de IU para que la Ley del Fútbol tenga carácter retroactivo, y el registrado en la Comisión Investigadora acerca de la "amnistía fiscal a los amiguetes del PSOE", donde el PP se aferra a la actitud de sostenella y no enmendalla, pese a que siga sin probarse la amnistía y pese a que los expedientes afecten más bien a empresas y particulares afines a otros partidos. Sin que por otra parte las filtraciones interesadas efectuadas al diario gubernamental El Mundo hayan logrado tergiversar la percepción de los hechos.

Viértanse además unas gotitas de esa esencia que Aznar dice haber aprendido de su predecesor González, según la cual la estabilidad política y parlamentaria del Gobierno debe pactarse con sus socios sin que para la oposición haya ni agua. Obsérvese también, como ha escrito un colega en El Boletín, que a partir del momento en que Pujol dijo que el PP pasaría por el aro la realidad se ha encargado de invertir el pronóstico y han sido Pujol y los suyos quienes han recibido pases de Aznar ayudados por alto y por bajo. Para comprender mejor a este Aznar embravecido léase un certero editorial de El Periódico donde se aclara que, con los votos del PNV, la garantía de Anguita y la invalidez del PSOE para presentar una moción de censura antes de que se juzgue el caso GAL, el Gobierno actual podría resistir en minoría sin problemas y devolver el honor a sus votantes, humillados por el acuerdo de investidura con CiU. El brebaje así obtenido, en las antípodas de la concordia, es el que se está condimentando para el encuentro del jueves. Pero también pudiera ser que del actual antagonismo tan iluminador para el público pasemos el día 22 al penumbroso equilibrio de la mutua destrucción asegurada, propio de la guerra fría.

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