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El 'Iehendakari', dispuesto a gobernar hasta el final

La firmeza de Ardanza a la hora de negar un adelanto electoral no ahuyenta el clima de precampaña en el País Vasco

La decisión del lehendakari José Antonio Ardanza de hacer pública su renuncia a presentarse como candidato del PNV en las próximas elecciones autonómicas sólo ha supuesto tranquilidad para él. El cruce de acusaciones y reproches entre los integrantes del Gobierno tripartito (PNV, PSE-EE y EA) es interpretado por la oposición como un ejemplo de lo que les "espera hasta que se convoquen las elecciones", según Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco.Esta semana, los socialistas han aprovechado la presentación de la ponencia política que llevarán en octubre a su III Congreso para remarcar su perfil ideológico y, de paso, intentar desentenderse de la política desarrollada durante estos dos años por un Ejecutivo en el que también participan.

Los partidos vascos son conscientes de que el trabajo político interno que realicen sus organizaciones durante este año se convertirá en el programa político y en la estrategia electoral que propondrán a los electores en el otoño de 1998. De hecho, la ponencia marco que debatirán el 3, 4 y 5 de octubre en Vitoria los 550 delegados del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) marca los perfiles del socialismo vasco para los próximo años e incluso, a modo de programa electoral, plantea medidas concretas en materia de pacificación, de autogobierno o de lucha contra el desempleo.

Los socialistas vascos, que auguran también un adelanto electoral de los comicios autonómicos, se ven de nuevo atrapados en un su propia estrategia: participar en un Ejecutivo de la mano de dos socios nacionalistas para evitar una radicalización de su acción de Gobierno y a la vez acusar al responsable de esa actuación gubernamental de ser un "mero gestor de su partido" y de liderar un "Gobierno vicario", como señaló esta semana Fernando Buesa, portavoz del PSE.

Incontinencias verbales

De ahí que la dirección nacionalista esté un tanto molesta con las "incontinencias" verbales de algunos dirigentes socialistas. El propio presidente del PNV, Xabier Arzalluz, ha mostrado en los últimos meses a los socialistas dónde tienen la puerta si quieren abandonar el gobierno tripartito.Arzalluz y Ardanza coinciden en la necesidad de "agotar la legislatura, incluso aunque se vayan los socialistas, porque en un país tan complicado" como Euskadi "Ilegar hasta el final es un síntoma claro de normalidad política", ha comentado el máximo dirigente del PNV. En privado, Arzalluz reconoce que existe una posibilidad de que las elecciones previstas para octubre se adelanten: que José María Aznar sucumba a la tentación, tres veces negada por él, de aprovechar la bonanza económica y la incorporación a la Unión Monetaria en el grupo de cabeza para presentarse ante los electores.

El PNV ve con preocupación el incremento del voto popular en las capitales y en municipios singulares de Vizcaya (entre ellos Bilbao y Getxo), así como el auge del PP en Álava a costa de Unidad Alavesa (UA). Y no quiere dormirse en los laureles en la definición de su estrategia interna. Dos son sus objetivos: buscar el candidato adecuado para sustituir a Ardanza -entre los que destaca el vicelehendakari Juan José Ibarretxe- y echar a andar los cuatro grupos de trabajo que desarrollen las "Prioridades de la construcción de Euskadi".

Estos grupos serán el germen del plan de actuación y, a la vez, apuntarán las claves para el próximo programa electoral. Las cuatro macroáreas son: Articulación Territorial (coordinado por Carmelo Sáinz de la Maza), Competitividad (coordinado por el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara), Solidaridad ( por el presidente de la Asociación de Municipios Vascos, José María González Zorrilla), y Formación, con el diputado vasco en el Congreso Joxe Joan González de Txábarri.

El tercer partido que sostiene el Ejecutivo vasco, Eusko Alkartasuna (EA), también cree que tanto las posturas de desmarque por parte de los socialistas como el anuncio del lehendakari pueden afectar al tripartito. "Estamos en un ambiente de crispación propio de una campaña electoral", indicó el dirigente y parlamentario de EA Rafa Larreina. Pese a todo, EA apuesta por agotar la legislatura, con estos socios o con otros.

El PP del País Vasco, la principal formación de la oposición, cree que, con este periodo preelectoral, el Ejecutivo de Ardanza conduce a la sociedad a un clima de inestabilidad "inaguantable". Iturgaiz no cree que el lehendakari sea capaz de agotar la legislatura. "Ahora mismo ya es un Gobierno ajeno a los problemas reales de los vascos, agotado, a medio gas y en estado de coma. Pero el periodo de interinidad que se ha abierto con el anuncio de retirada de Ardanza no se va a cerrar tan fácilmente. Habrá que adelantar las elecciones".

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