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Entrevista:

"El material debe servir para liberar las ideas"

Para Cherna Alvargonzález (Jerez de la Frontera, 1960) la imagen de vídeo está proporcionando cada vez mayores posibilidades plásticas. La tecnología permite manipular la imagen de forma casi equivalente a los colores de una paleta de pintura. La estética del movimiento también se aleja del vídeo de carácter narrativo, superponiendo tiempos y texturas . Las instalaciones de este artista, como la que expone actualmente en la galería Oliva Arauna, de Madrid (Claudio Coello, 19), hacen de las proyecciones de vídeo espacios sensibles e intrigantes. "Estoy descubriendo el medio en sí mismo, en su significado", dice Alvargonzález. "Estoy empezando a darme cuenta que a través de la manipulación de ese medio te puedes apropiar de un espacio. Me interesa mucho la relación de la utilización de la imagen de vídeo con un espacio arquitectónico, sea una galería o un edificio cualquiera".Artista conceptual, Chema Alvargonzález mantiene en su trabajo un equilibrio entre cierta frialdad de planteamientos escénicos con la calidez de la metáfora anclada en percepciones surgidas del yo.

Uno de los asuntos que obsesionan a este artista son los trasvases de lo exterior y lo interior. "Me interesa transportar las sensaciones del exterior, de nuestra vida cotidiana, a un espacio cerrado, algo mucho más íntimo, de los ojos para adentro. Al convertir las imágenes en metáforas puedo manipular la imagen hasta desguazarla. Llega un momento en que estás como dibujando mientras editas el vídeo. No sé bien dónde está el límite".

El vídeo es ya un medio integrado a la vida cotidiana, y los artistas actuales lo usan con familiaridad. "Todo el mundo tiene una cámara, es algo que nos pertenece. Estamos acostumbrados a ver televisión, a entender la imagen, a recibir información y también belleza. La pupila sabe leer", dice.

La pieza que presenta actualmente en Madrid se titula El laberinto (o la composición de otros), en la que el espectador queda de pronto entre dos proyecciones que lo jalonan entre interrogantes. "En esta instalación he intentado que el espectador conviva con dos imágenes en movimiento: por un lado, un túnel en el que se interna o sale la gente, y por otro, un árbol derribado, con toda su historia grabada en la corteza y los círculos concéntricos. El espectador es activo ante ambas, está obligado a moverse, a reconocer el espacio".

Alvargonzález ha hecho intervenciones en edificios públicos en Berlín, Barcelona y Santa Fe (Nuevo México). El público no especializado que las veía al pasar todavía las recuerda. "Me interesa mucho la proporción de la metrópolis, los espacios en la periferia, la relación del lenguaje visual en la ciudad, los carteles. La recepción que he tenido ha sido muy buena", explica. "He aprendido de mi trabajo a través de las personas que lo han ido a ver. Gente que vio la pieza que hice en la antigua Embajada española en Berlín me comentó cosas y sensaciones que no se me habían ocurrido. La gente es muy receptiva a este tipo de intervenciones, el problema es que te permitan hacerlas".

La ausencia de tendencias pictóricas ha sido una liberación para ciertos artistas. Cherna Alvargonzález siente que vivimos un momento muy interesante para el arte. "Vivimos un momento muy productivo", afirma. "El hecho de que no haya tendencias está demostrando que un artista no se tiene que atar a un discurso o un lenguaje. Tiene que tener la capacidad de reaccionar con el medio que en ese momento le requiera la idea que tiene en la cabeza. Tú puedes trabajar con vídeo, con fotografía, con escultura, sin tener miedo ni atarte a nada. El material tiene que servir para liberar las ideas".

Si bien no hay tendencias estilísticas, lo que hay son actitudes diversas. Los que se repliegan hacia los lugares más seguros y los que asumen riesgos. "Puedo asegurar que hay momentos en que no sabes por dónde va a salir la cosa, pero hay que asumir el riesgo", dice. "Lo difícil es conseguir quiénes te apoyen y, lamentablemente tengo que invertir buenaparte de mi tiempo lográndolo".

Cherna Alvargonzález vive desde hace años entre Berlín y Barcelona. "Vivo donde tengo trabajo, pero en Berlín suceden ahora muchas cosas. Es un medio muy estimulante. España es mi país y es donde me gustaría estar. En cuanto puedo, traigo mi trabajo aquí".

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