Jakob Dylan se considera cantautor y "alumno de la escuela del vinilo"

Jakob Dylan tiene, 26 años, unos enormes ojos verdes, labios carnosos y rosados y uno de los padres más famosos del siglo: Bob Dylan. ¿Y qué es lo que hace? Se pone unas gafas negras, un gorro que le cubre hasta las orejas y hace una rotunda y muda mueca de disgusto cuando se le menciona a su progenitor. Viene a actuar por primera vez a Europa para presentar el segundo álbum de su banda, The Wallflowers. "Mi única escuela ha sido la del vinilo", dice. Ayer ofreció su única actuación en España.

Jakob Dylan se hunde en el asiento, un poco a la defensiva Simplemente enmudece ante cualquier referencia a su padre. Sólo hablar de su grupo le va relajando poco a poco. "No pretendemos seguir las modas ni tampoco apartarnos de ellas", dice. "En el grupo no trabajamos con ninguna estrategia musical. Yo simplemente escribo las canciones. Soy un admirador de los cantautores y es lo que me considero. Pero también creo en los grupos", afirma Dylan.The WalIflowers lleva siete años de andadura y este segundo trabajo, titulado Bringing down the horse, es bastante más maduro que el primero. Algunos cambios en la formación del grupo pueden haber influido, aunque Jakob dice que, ante todo, la experiencia continua de tocar en directo es lo que les ha dado mayor confianza. "Grabamos nuestro primer disco después de poco tiempo de haber formado el grupo. Era el típico disco de jovencitos inexpertos. Desde entonces hemos seguido tocando. No es que hayamos hecho un mayor esfuerzo en mejorar este segundo álbum, es que simplemente tenemos mayor experiencia. Ha sido también una aproximación distinta, otra manera de grabar".

Adam Duritz, cantante de Counting Crows, colabora en el álbum y no parece casual, porque ambos grupos comparten similar atmósfera musical. "Él es amigo del grupo y tiene una voz como la que necesitábamos en ese tema. No se trataba de una jam o algo parecido", dice Dylan. "Pero no creo que su banda y la nuestra tengan mucho en común".

Jakob Dylan se esfuerza por no mencionar de dónde viene su vocación. Hijo de Bob Dylan y la modelo Sara Lowndes, de quien su padre se divorció en 1977, es el menor de cinco hermanos y el único que optó por la música. "Mi escuela han sido veinte años de vinilo, el mejor maestro", dice con una pizca de sentido del humor. "No es que rechacemos la música de ahora, pero hay muchos excelentes artistas de los años 40, 50 y 60. Y todavía hay mucho que aprender de ellos".