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El 'show' de 'Las noticias del guiñol' saca de quicio a algunos políticos españoles

Es el momento del ensayo del más irreverente espacio televisivo español y, en un estudio, 10 toreros están alineados para debatir el estado de la nación. Los toreros están en dos equipos rivales, representando a los dos principales partidos políticos del país.En otro escenario sacan a Bill Clinton de un estante, lo visten con traje gris y gorra de béisbol, preparado para la acción. En una tercera escena, la esposa del primer ministro se pone un vestido largo de fiesta y abundantes joyas, porque se está preparando para ir a Washington.

Estos personajes serán parte del popular Las noticias del guiñol, que, con una combinación de alegre y burlesca caricatura, se ha convertido en el programa de televisión más comentado en España. Utilizando muñecos de látex, el programa, que se emite cinco noches a la semana, se burla de políticos nacionales, héroes deportivos, periodistas y figuras extranjeras, incluidos el papa Juan Pablo II y Woody Allen.

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Sus blancos favoritos son el austero presidente, José María Aznar, y su principal oponente, el ex primer ministro Felipe González, el voluble líder socialista.

Muchos telespectadores creen que los guiñoles, cuya primera aparición fue hace 18 meses, están alegrando la vindicativa escena política española, donde las viejas batallas ideológicas de derecha e izquierda y las rivalidades personales se combaten con implacable pasión.

Pero ahora hasta los guiñoles están siendo atacados. Parece que las pequeñas figuras de goma han pisado algunos dedos oficiales.

Dos líderes del Gobierno conservador del Partido Popular se han quejado hace poco de que su grupo está siendo maltratado. El secretario general del partido, Ángel Acebes, dijo en abril que "lo peor es que el programa está hecho con un propósito distinto que el humor" y sirve más bien para promover "ciertas opiniones políticas".

Entonces, en una acción que recuerda al famoso episodio en el que Don Quijote saca su espada y hace pedazos unos muñecos que toma por gente real, el periódico conservador Abc arremetió contra el programa del guiñol con un ataque que ocupó su primera página completa.

En un editorial que no pretendía ser una broma, Abc dijo que el show del guiñol era un ejemplo de propaganda socialista, en el que todos los políticos de derechas eran retratados como "tontos y analfabetos". Ahora, decía el editorial, ha llegado el momento de usar la libertad de expresión y responder con unos "contraguiñoles" que sean "objetivos".

Canal +, la cadena privada que emite Las noticias del guiñol, niega que sea parcial.

"Intentamos tratar los titulares diarios con humor", dijo Rafael García Mediano, director de programación. "Se supone que somos un programa de noticias, y Aznar y su Gabinete están más en el foco de atención. Felipe González tiene ahora menos interés y, por supuesto, los ex ministros socialistas no son noticia".

Una reciente encuesta muestra que los telespectadores no ven ningún prejuicio. De hecho, dice García Mediano, algunos telespectadores dijeron que encontraban a algunos personajes más amables y encantadores como guiñoles que en persona. "Queremos ser afectuosos antes que crueles, y esto se traslada al afecto del público por el programa".

Los dueños de los guiñoles han acogido con satisfacción la publicidad generada por los recientes ataques, porque en abril la audiencia subió hasta la cota de casi medio millón de telespectadores.

Los críticos del Gobierno de Aznar ven la controversia como una evidencia más de su sensibilidad a las críticas y su falta de confianza, aunque acaba de cumplir un año en el poder.

Algunos ven su reacción como parte de los problemas de la relativamente joven democracia española, donde, después de casi cuatro décadas de dictadura, los políticos aún no están acostumbrados a los vaivenes del poder y a las espinas de la prensa libre.Varios ministros contrarios a provocar un enfrentamiento con el popular programa se apresuraron a decir que lo encontraban divertido. Entre ellos, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, quien ha aparecido últimamente mucho en las noticias, ensalzando la mejora de la economía española, la bajada de la inflación y su programa de privatizaciones.

Su versión de goma apareció la otra noche con un "paquete económico", una caja que se abrió y dejó salir sólo espeso humo. Quien compre este paquete, dijo el guiñol Rato, conseguirá un regalo especial. El regalo era un reloj de cuco con Aznar dando las horas.

A pesar del ruido, la sátira del programa es menos cáustica que los guiñoles franceses o los Spitting Image británicos, en los que se ha inspirado. Mientras los Spitting Image utilizan a la familia real británica como soporte principal, el programa español no tiene el guiñol del rey Juan Carlos entre sus 45 personajes.

"Bueno, el Rey no genera muchas noticias", dijo Antonio Martínez, uno de los dos guionistas del programa. "La Monarquía no forma parte del debate nacional".

González, el anterior primer ministro, sale mejor parado desde que dejó el poder, aunque uno de sus ayudantes recalcó algunas "malvadas" escenas que lo muestran como a un jefe de la Mafia conspirando para liquidar a algunos colaboradores cercanos, o posando con un traje de Superman. "Felipe era mejor aguantando el sarcasmo", dijo este colaborador.

Hay apariciones regulares de Jordi Pujol, el líder nacionalista catalán y uno de los políticos españoles más veteranos. Dado que el Gobierno de Aznar no tiene la mayoría parlamentaria, negoció un discutible pacto con los catalanes. En una escena, Pujol aparece como maestro de ceremonias de un circo, obligando a la gente a pasar por un aro y realizar sorprendentes trucos. En otra, que provocó gran hilaridad, él y Aznar se unieron en un profundo y largo beso.

El blanco de muchos de los chistes es sin duda Aznar, cuyo guiñol repite obsesivamente la frase "España va bien". Una noche antes de que Aznar abandonara Washington, el programa sacó al presidente ensayando para su reunión con Clinton, y comenzó a contar un chiste de Jaimito. Mientras su esposa chillaba con horror, Aznar explicaba que su guión le decía que utilizara un poco de humor para romper el hielo.

Tal es el impacto del programa que algunos de sus giros lingüísticos han calado. Por ejemplo, el guiñol presentador repite palabras y sílabas, como "catalán, talán" o "buenas noches, noches", las cuales se han introducido en las conversaciones cotidianas.

Se dice que incluso los hijos de Aznar, antes de irse a la cama, dicen "buenas noches, noches, papá".

9 de mayo

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