Una bella foto imprudente
Cuando hay menores de pormedio, toda cautela es poca en la elaboración y el tratamiento de la noticia. En este supuesto, el periodista está obligado a llevar la llamada ética de la res ponsabilidad a su máximo ni vel de exigencia yendo, incluso, más allá de lo que marca la es tricta ética profesional. Viene esto a cuento de la bella foto grafía aparecida en la primera página de El País Madrid del pasado 29 de abril, en la que aparecía un grupo de escolares circulando sobre las vías de un ferrocarril de. montaña en me dio de un bosque de catenarias, postes metálicos y pinos que enmarcan, al fondo, la negra boca del túnel del tren. Dicha fotografía ilustraba una información sobre la presentación del Tren de la Naturaleza -entre Cercedilla y el puerto de Cotos en la sierra del Guadarrama- llevando a bordo como primeros viajeros a una treintena de alumnos del instituto público de Cercedilla. El pie de foto explicaba la imagen al tiempo que hacía una llama da a la prudencia ("Los chavales, entusiasmados, ocuparon parte de la vía, algo que no de ben repetir jamás", se decía).Algunas personas cercanas a los alumnos han considerado que la foto fue inducida por los fotógrafos que cubrían la noticia y que, en consecuencia, no era cierto que "los chavales, entusiasmados, ocuparan parte de la vía". Una de ellas, Nicolás García Muñoz, lector habitual de EL PMS, señaló al Defensor del Lector el perjuicio que se le causaba al verse moralmente obligado a dejar de comprar el periódico de su elección, añadiendo que sólo una explicación muy convincente podría hacerle volver de su decisión.
El Defensor del Lector, como es su deber, ha indagado sobre las circunstancias de la toma de la foto y los motivos de su publicación. Según el autor, el fotógrafo Santi Burgos, la instantánea de los alumnos sobre la vía férrea se debe más a las circunstancias de la situación -los escolares, junto a sus monitores, situados en las cercanías de la vía- que a una recomendación expresa de que se colocaran en ese lugar peligroso. Sí hubo una indicación para que los alumnos fueran a un determinado lugar desde el que se podía captar el fondo del túnel, lo que les obligó a atravesar la vía férrea, momento que recoge la foto. Esta es la explicación del fotógrafo. Pero, ¿por qué se publicó la foto? La razón básica fue su calidad estética. "Del grupo de imágenes relativas a la presentación del Tren de la Naturaleza de Cercedilla, la de los chavales cruzando en grupo la vía nos pareció la más bonita", afirma Vicente Jiménez, redactor jefe de Madrid.
Jiménez añade que, no obstante, la publicación de la foto planteó un dilema: cómo dar una foto de unos menores cruzando una vía férrea sin ser acusados de fomentar un comportamiento indebido o, cuando menos, de frivolizar con el tema. "Por tratarse de una información de carácter básicamente lúdico y, sobre todo, por desconocer que los niños abandonaron el andén de la estación a petición del fotógrafo, decidimos dar la fotografía, no sin advertir sobre lo imprudente de la acción. Lamento que un problema de desinformación sobre la forma en que se hizo la foto nos haya conducido a ofrecer una imagen adulterada de la realidad que, además, ha molestado profundamente a sus protagonistas".
El Defensor del Lector considera que la fotografía no vulnera las reglas de la ética profesional, pero sí las de la más elemental prudencia. El fotógrafo tiene legitimidad para pensar la foto que va a sacar, siempre que los elementos que compongan la instantánea estén en la realidad noticiosa. En este caso, los escolares, la vía férrea, el túnel, es decir, todos los elementos de la foto, forman parte de la noticia; no son inventados ni superposiciones de noticias distintas. Pero, el fotógrafo debió reparar en que una instantánea de niños atravesando una vía del tren, sobre todo si se tiene en cuenta el carácter estático propio de la imagen, era difícilmente publicable por los riesgos que entraña. Si el fotógrafo hubiera informado a los responsables, especialmente a la redactora jefa de la sección de Fotografía, Marisa Flórez, de las circunstancias en que tomó la foto, ésta no se habría publicado. También es cierto que dichos reponsables, ante el dilema que les planteaba la publicación de la foto, podrían haber hecho alguna pregunta al fotógrafo. La falta de comunicación interna en un sistema de trabajo como el de un periódico, basado fundamentalmente en la labor de equipo, conduce a este tipo de situaciones, siempre lamentables y a veces ridículas. De darse esta comunicación se habría evitado que el periódico cayera, por efecto de la desinfórmación antes señalada, en esa pretenciosa e improcedente advertencia de "¡Niños, sed buenos; no volváis a hacerlo!" por algo que no hicieron voluntariamente y mucho menos "entusiasmados", como se decía en el pie de foto.
Robin Hood y madre Teresa
A partir de estas líneas el Defensor del Lector va a ejercer de cronista. Una función no contemplada entre las muchas atribuidas, o que se han querido atribuir, a esta figura en la convención anual de la Organización de News Ombudsmen (ONO) celebrada esta semana en Barcelona. El suceso tenía un interés sobreañadido por acontecer por primera vez en Europa, fuera de sus habituales sedes de EE UU y Canadá. La figura del ombudsman de prensa, aparecida hace 30 años en EE UU, ha traspasado con fuerza la barrera del Atlántico y hoy día se extiende con éxito en la prensa de calidad de Europa y de japón. La reunión de Barcelona, que ha contado con la presencia de 41 ombudsmen de una quincena de países, da fe del carácter internacional alcanzado por su organización.
La figura del ombudsman -lo que es y lo que puede hacer- centró el interés de la convención. Y era lógico que fuera así, dado el carácter todavía novedoso de esta Figura a este lado del Atlántico. Desde "referente del lector" (Victoria Camps, catedrática de Ética y ex senadora) a "educador cívico" (Salvador Giner, sociólogo, que no ocultó que "a algunos de nosotros nos da pánico la prensa") "pedagogo" (José Ramón González Cabezas, profesor y periodista) y "descodificador" de las claves ocultas del mensaje mediático (Manuel Vázquez Montalbán), al ombudsman de prensa se le denominó de muchos modos y se le asignaron las más diversas tareas. El escritor Vázquez Montalbán le situó con humor a medio camino entre un Robin Hood justiciero y una madre Teresa compasiva y entregada, en un discurso brillante y provocador, que dejó literalmente sin habla a los ombudsmen del otro lado del Atlántico. Y es que en un mundo dominado por "un discurso único, aunque envuelto en distintos estuches", apenas hay lugar para la esperanza y mucho menos para los ombudsmen de prensa. Pero incluso Vázquez Montalbán, en una concesión dialéctica, admitió como "necesaria" para la calidad periodística esa figura "encantadora, aunque inteligente" que suele ser el ombudsman de prensa. Y es cierto que en el mundo actualmente existente (no en el de las ensoñaciones que reconfortan el espíritu), en el que quizá lo más revolucionario sea lo simplemente posible, el ombudsman de prensa puede tener un cometido cívico que, como observó Salvador Giner, vaya más allá de la simple tarea de "apagafuegos" y "desfacedor de agravios". En todo caso, el ombudsman de prensa, como sucede con quienes asumen alguna función de control (jueces, árbitros, etcétera), está abocado a una legitimación permanente a través del correcto, honesto y exigente ejercicio de sus funciones.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.