Una tarde negra
El cartel prometía un resultado feliz pero fue una tarde negra, un fiasco de corrida. Y, a pesar de todo, El Tato, que sustituía al anunciado Joselito, salió a hombros. Para empezar hubo danza de toros en los corrales. Cuando el toro se cae se derrumba la fiesta. Y eso ocurrió, salvo la faena de El Tato al tercero, larga y templada aunque forzando a veces la figura, con el favor del público, que le valió las dos orejas.Enrique Ponce lució a ráfagas en series sobre ambas manos y siempre cuidando que su primer toro no besara el albero. Una pena. No se complicó con el otro blandengue de su lote y lo mató con rapidez.
Litri mantuvo su decisión con el capote y los primeros muletazos del primero al que recibió con larga cambiada, pero todo se vino abajo a partir del segundo tercio y ya no cambió la tónica de la dichosa corrida. Sorteó con habilidad y reflejos al cuarto, que medía constantemente y se quedaba en el centro de la suerte. Ya el público empezaba a enfadarse y hasta hubo gresca en los tendidos.
Guateles / Litri, Ponce, Tato
Cuatro toros de Los Guateles, bien presentados, escasísimos de fuerzas, de juego irregular, 6º manso; 1º y 5º de Sayalero y Bandrés, blandengues. Litri: estocada atravesada (silencio); pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). Enrique Ponce: estocada caída (ovación); pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). El Tato: estocada (dos orejas); pinchazo y seis descabellos (silencio).Plaza de Jerez, 9 de mayo. 2ª corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Cómo estaría la cosa que el público pidió la devolución de un manso, el sexto, y El Tato se limitó a aliñar, mientras el ruedo se convertía en una alfombra de almohadillas. La corrida terminó en escándalo.
Babelia
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