Solana y Primakov afrontan las diferencias sobre el acuerdo entre Rusia y la OTAN
El secretario general de la OTAN, Javier Solana, y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Yevgueni Primakov, afrontaron anoche en Luxemburgo las últimas divergencias sobre el acuerdo entre la Alianza y Rusia. El escollo final era la discrepancia sobre el impacto militar de la ampliación de la OTAN a los países del Este. No quedó despejado, pero hubo "progresos". Sólo si otra ronda ata todos los hilos, los líderes de los Dieciséis firmarán en París con el presidente ruso, Borís Yeltsin, el acuerdo bilateral, el día 27.Primakov anunció que con ella esperaba cerrar el trato. Pero la OTAN lo condicionaba a que cambiase su rigidez sobre el escollo militar. Los embajadores aliados se reunieron con Solana y ratificaron el contenido del paquete ofrecido por la Alianza aderezándolo con algunas concesiones.¿Dónde radicaba el problema? En el impacto militar de la ampliación de la OTAN al Este. Moscú proponía un texto que comprometía a ésta a ofrecer "garantías máximas y absolutas de no ampliar su presencia militar, nuclear y convencional en territorio de los nuevos adherentes", según fuentes aliadas. Por contra, la OTAN consideraba suficientes y no ampliables los dos compromisos que ya ha adoptado. A saber, que no tiene "ni intenciones, ni planes, ni necesidad" de desplegar armas nucleares en territorio de los nuevos socios; y que la defensa colectiva de la Alianza ampliada se hará integrando y reforzando sus medios "más que por el estacionamiento sustancial de tropas de combate [convencionales] adicionales". Su límite estribaba en que no puede ofrecer a los aspirantes un estatuto de segunda fila.
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