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El alcalde planea vender los mercados municipales para "reactivarlos".

Antonio Jiménez Barca

Una pollería y, a su lado, una bolera. La frutería y, enfrente, los minicines. En la planta segunda, la casquería junto a la tienda de lencería fina. Así es el mercado de barrio del futuro. El Ayuntamiento de Madrid ha preparado un plan de choque "para reactivar" el clásico mercado municipal. Ahora, un 13% de los puestos están vacíos, sin nadie que los explote, y los tenderos sostienen que la venta baja cada vez más. La competencia de los hipermercados y grandes superficies cada vez arrincona más el negocio. Para animar los 48 mercados, el concejal de Comercio, Jorge Barbadillo, ha pensado una solución: vender los puestos de concesión municipal a los tenderos y que éstos gestionen los mercados. La medida tiene una golosina: los nuevos mercados ya privados podrán incorporar multicines, hamburgueserías o tiendas de ropa..."La idea es que los mismos tenderos regeneren su mercado. Nosotros se lo vendemos y luego ellos tienen que buscar una tienda de ropa, o una bolera, o un multicine, o cualquier cosa que lo modernice; pensamos que ésta es la mejor manera de luchar contra las grandes superficies", dice el concejal Barbadillo. Hasta ahora, las ordenanzas impedían la entrada de esos negocios en los mercados.

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La solitaria frutera de la tercera planta

El modelo de privatización tiene vanas condiciones. En primer lugar, la mayoría de los tenderos tiene que estar de acuerdo. Deberán formar una especie de sociedad anónima para gestionar el centro. Pero si hay algún tendero que no quiera participar podrá seguir en régimen de alquiler, pagando a la recién formada sociedad lo mismo que abona ahora al Ayuntamiento: de 15.000 a 30.000 pesetas al mes.

Una vez que los comerciantes hayan dado el visto bueno, y hayan formado la junta, pueden empezar a comprar sus puestos. El mercado pasará a ser de su propiedad. De ellos dependerán las obras de rehabilitación.

El Ayuntamiento ingresará 20.000 millones si logra vender los 4.500 puestos de alimentación

El Ayuntamiento venderá cada puesto por unos 4,5 millones, dependiendo de la superficie. Actualmente existen alrededor de 4.500 puestos y la corporación podría obtener 20.000 millones en la operación, que se hará mercado por mercado. Barbadillo asegura que la medida no tiene "afán recaudatorio". "Se trata de que los tenderos mismos se responsabilicen de sacar a flote el negocio; se les pone ese precio porque, primero, esos puestos son de todos los madrileños, y segundo, para estar seguros de que se lo toman en serio", explica el edil.En estos momentos, Barbadillo visita los mercados municipales para explicar sus proyectos. Los primeros serían el de Ibiza, en Salamanca, y el de San Pascual, en Ciudad Lineal. El Ayuntamiento quiere vender ambos en un año.

En el mercado de Ibiza, el presidente de la asociación de comerciantes, Luis Pardillos, que lleva 10 años de tendero en ese sitio, está de acuerdo con el sistema, aunque duda del futuro: "No nos queda otro remedio, porque el Ayuntamiento no se ha ocupado de nosotros". El mercado de Ibiza fue inaugurado en 1954 y, por su aspecto actual, no ha cambiado mucho desde entonces. Poco a poco, el tiempo y la dejadez se han adueñado del establecimiento. En la tercera planta de este mercado, casi vacía, es donde los tenderos de Ibiza tienen puestas todas las esperanzas: "Si una firma de ropa, o algo así, quisiera asociarse con nosotros estaríamos salvados: ella se quedaría con la superficie de la tercera planta y nos ayudaría. Ojalá tuviéramos un Cortefiel".

"Huele mal"

El edil de IU Gerardo del Val está estudiando el tema. "Es algo delicado, pero que, para empezar, nos huele mal. En principio, estamos en contra de cualquier privatización, pero todavía no tengo ninguna conclusión sobre el asunto. Antes hay que hablar con los comerciantes y con los pequeños empresarios", dice Del Val, que añade: "De cualquier forma, es el Ayuntamiento el que tiene que invertir ahí, no dejar que los privados, en este caso los comerciantes, sean los que lo gestionen, porque puede pasar que al final los grandes comerciantes se hagan con toda la superficie. El Ayuntamiento invirtió 500 millones en el mercado de Ventas, se modernizó y ahora las tiendas de alimentación funcionan bien". Barbadillo no está de acuerdo: "El Ayuntamiento no puede gastar su dinero en subvencionar a unos comerciantes privados; se les puede ayudar, dar ideas, hacerles estudios de mercado, pero la iniciativa tiene que salir de ellos mismos".

Actualmente, el municipio se gasta 60 millones de pesetas en los mercados municipales y no piensa incrementar el presupuesto.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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