Los jurados de Barcelona estiman positiva la experiencia de juzgar
El peor momento es la selección
El 66,5% de los ciudadanos que han formado parte de un jurado en Barcelona considera satisfactoria la experiencia y el 44,6% estaría dispuesto a repetirla. Son dos de las conclusiones que más destacan de un estudio realizado por dos psicólogos, María Ferré y Andrés Cuartero, que llevan a cabo un seguimiento de todos los procesos con jurado que se han celebrado en Barcelona desde su puesta en marcha, en mayo del año pasado.
En la capital catalana, se han realizado nueve juicios con jurado desde mayo de 1996: siete por delitos de sangre y dos por allanamiento de morada, y en otros siete no se llegó a constituir el tribunal al producirse la conformidad del acusado. Es decir, que casi un centenar de ciudadanos de la provincia han pasado por el trago de juzgar y emitir veredicto. La Oficina del Jurado de la Audiencia indica que la mayoría de las personas que han formado parte de un jurado estima positiva la experiencia, de acuerdo con los cuestionarios que entregan al finalizar los juicios.El trabajo de los psicólogos, realizado mediante encuestas a los jurados, también pone de relieve un dato especial: que el peor momento por el que atraviesa un ciudadano que es llamado a formar parte de un jurado es el interrogatorio de la selección. "Nosotros creemos que es la fase más importante de todo el proceso y, paradójicamente, la que está peor tratada", afirma uno de los autores, Andrés Cuartero, que opina que lo ocurrido en el caso Otegui se hubiera podido evitar con otro método de selección de los jurados.
De acuerdo con el estudio, el 40,9% sintió "mucha ansiedad" al ser preguntado por las partes -fiscal y abogados- en el interrogatorio de selección. Por el contrario, esa misma sensación de angustia fue percibida por el 22% en el momento de tener que emitir el veredicto, igual porcentaje que la sufre al ser llamado a formar parte de un jurado.
¿Y por qué generan más ansiedad las preguntas que el veredicto? La respuesta de los psicólogos es coincidente: porque con ese interrogatorio se victimiza al candidato al ser preguntado sobre cuál sería su reacción o sus sentimientos en situación igual a la del acusado. En uno de los juicios celebrados en Barcelona en el que el acusado era negro, algunas preguntas a los candidatos eran de este tono: "¿Señora, a usted le importaría que su hija se casara con un negro?".
El ciudadano está más tranquilo a la hora de emitir veredicto porque ya no está solo, sino integrado con otras personas para llevar a cabo una tarea, afirman los autores del estudio. Otros datos revelan que el 51% de los jurados no disponía de información previa del caso, mientras que el 37% conocía "algo" por los medios de comunicación. La mayoría asegura que ser jurado trastorna mucho su vida cotidiana. Repetiría la experiencia el 44,6% y el 41,2% no lo volvería a hacer.
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