Un bello rostro inescrutable

Gong Li está rodeada de fotógrafos y de un séquito de acompañantes. Todos gritan admirados cuando posa. Dos ancianos chinos, en un banco próximo, miran impasibles, con cigarrillos colgando de su boca. Uno saca de su polvorienta chaqueta Mao una sofisticada cámara y dispara una fotografía.Los habitantes de Hong Kong reconocen a la estrella local Maggie Cheung, que también, aparece en la película, antes que a otros nombres más significativos para otras personas. Pero incluso con vaqueros y camiseta, Gong Li resplandece de forma que resulta imposible ignorar. Con películas como El inundo de Suzie Wong, Hollywood encasilló a las mujeres chinas en el papel de cortesanas enigmáticas. Wang admite que el hecho de que Gong Li se enamore de un occidental dejará a la película a merced de acusaciones de que cae en estereotipos. Pero afirma que Chinese box es diferente: el hombre blanco no es el salvador, la salvadora es Gong Li. Según Wang, es un intento de hacer una "historia de amor y de cruce de culturas".

Gong Li interpreta a una chica de barra americana, una caracterización por la que Wang no se disculpa. "Cada vez que vengo a Hong Kong, la prostitución parece generalizada. La tienes delante. Siempre he querido hacer una película sobre ello de una forma realista". Y añade: "No estoy haciendo un documental, sino intentando ver el mundo de un modo interesante. Está aquí mismo, está en todas partes; cada cosa que tocas que guarda relación con la mujer parece tener que ver de alguna forma con la prostitución".

Gong Li se documentó sobre su personaje reuniéndose con prostitutas que vinieron de la República Popular China para trabajar en el club de Hong Kong B-Boss, que es "como un campo de fútbol", dice la actriz, "con montones y montones de chicas dentro. Es la primera película de habla inglesa de Gong Li y reconoce que la rapidez de los diálogos en inglés le causa problemas: "A veces tengo que pasar mucho tiempo concentrándome", a5rina. Es tópico describir a Gong Li como inescrutable, pero tiene una serenidad que hace que sea difícil discernir cualquier grado de emoción por su parte. ¿Añade rodar la devolución de Hong Kong a su país algún significado especial? "En realidad, no, porque el asunto afecta más a los británicos que a los chinos".

Aunque a todos les gusta subrayar que la película es una historia de amor y que no debe considerarse política, pocos parecen creer que eso será lo que ocurra finalmente. La devolución de Hong Kong al Gobierno chino es, al fin y al cabo, uno de los acontecimientos con más carga política del siglo.