PP, PSOE y CiU piden que la pensión de viudedad sea incompatible con otras rentas

Los grupos parlamentarios del PSOE y de Conver géncia i Unió (CiU) propusieron ayer en el Pleno del Congreso reformar las pensiones de viudedad y hacer que éstas sean incompatibles con la percepción de otras rentas. La petición fue acogida favorablemente por el Partido Popular y, si se pone en marcha, supondría reabrir un debate iniciado en varias ocasiones por los gobiernos socialistas y desestimado por el rechazo radical que tuvo de los colectivos afectados. De otro lado, el PSOE amenazó con romper el consenso sobre el Pacto de Toledo.

El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer el dictamen sobre el proyecto de ley que desarrolla el Pacto de Toledo sobre pensiones, que inicia así su trámite en el Senado como paso previo a su aprobación definitiva. En la exposición de motivos del citado proyecto de ley se recoge el compromiso de los grupos parlamentarios de dejar "pendiente la reforma de las pensiones por muerte y supervivencia". Eso supone que los principales grupos parlamentarios parecen dispuestos a abordar una reforma polémica, que el PSOE barajó aplicar en 1985 y en 1994 y renunció a ella por las duras críticas de las asociaciones de viudas. Ayer Francesc Homs (de CiU) y José Antonio Griñán (el último ministro de Trabajo del PSOE) propusieron al grupo que sostiene al Gobierno abrir ese debate y estudiar la incompatibilidad de las pensiones de viudedad con otras rentas. Los diputados del PP Gerardo Camps y Rafael Hernando aseguraron que su partido está abierto a esa reforma "que nunca podría afectar a derechos consolidados". En todo caso, habría que elaborar una lista de incompatibilidades. Los diputados populares no quisieron marcar plazos ni aventurar cuándo se puede producir ese debate. Rafael Hernando tan sólo avanzó que dentro de seis meses estarán ultimados los informes sobre las parejas de hecho, que afectan también a las pensiones de viudedad. En su criterio, ese sería un buen momento para abrir conversaciones con otros grupos parlamentarios sobre la reforma de las pensiones de viudedad.

Esa propuesta se lanzó en el debate del proyecto de ley que desarrolla el Pacto de Toledo, y que introduce dos cambios esenciales: el aumento de ocho a quince años del periodo por el que se calcularán las pensiones futuras y la separación de las fuentes de financiación de las partes contributivas y asistencial de la Seguridad Social. La norma contó de nuevo con el radical rechazo de Izquierda Unida y del Bloque Nacionalista Galego. Pero, además, el PSOE lanó duras críticas contra el proyecto de ley y acusó al PP de incumplir los acuerdos firmados con los indicatos CC OO y UGT.

José Antonio Griñán (PSOE) amenazó con "romper el consenso del Pacto de Toledo" si el proyecto de ley sale del Senado con unos contenidos que denominó como " maniobras privatizadoras". En concreto, citó la negativa del PP a que el tope máximo de cotizaciones se actualice cada año de acuerdo con la inflación prevista, mientras que sí contempla esa subida para las aportaciones a fondos privados de pensiones.

Los socialistas piden también que se recoja una fuente de financiación alternativa a las cotizacionés -la contribución social generalizada-, que el fondo de reserva se utilice sólo para prestaciones contributivas y la cancelación de créditos que el Estado ha dado a la Seguridad Social hasta el 2000.